Bajo los robles, hayas y castaños, en suelos musgosos, la ' Craterellus cornucopioides ' -trompeta de la muerte- brota en grupúsculos con una apariencia que invita a no comerla. Sin embargo, es un excelente comestible -incluso cruda, laminada, con aceite de oliva, flor de sal, cebollino y unos piñones, por ejemplo-. Su limpieza , siempre en seco: pincel y paño. Muy singular, es realmente difícil confundirla con otras setas tóxicas. Grisácea o negra en función de la humedad del suelo, debe su nombre a su forma: un sombrero en forma de embudo, estrecho, que simula la campana del instrumento que porta en sus piernas Fausto -el célebre ángel de la muerte del cementerio de La Almudena de Madrid-. No se...
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