Después de la tormenta salió un sol como de mayo, picajoso. Íbamos contando muertos en el sur, en el Levante . Llorando mientras se teclea. Y nadie ya nos quitará en la ciudad la pena negra de lo que hemos visto. El sol salió en Madrid, el sol sale para todos que dice Antonio Soler refiriéndose a unos ultramarinos de detrás de la Gran Vía. Hay días en que escribir se hace duro. Las calabazas y las telas de arañas sintéticas, esa burla a la muerte de la ciudad, son un recordatorio de nuestra debilidad. Del ser contra la nada. Y sí, el clima ha cambiado. Hubo nieve en algunos altos en todas las latitudes de España, y creímos que...
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