No aprenden. Nuestros mandatarios digo, la clase dirigente, que con excepciones honorables rara vez conserva el tacto suficiente para evitar el oportunismo en las tragedias. No se han acabado de contar los muertos en Valencia y ya están los ministros –Sánchez por ahora ha conservado las maneras – y las autoridades autonómicas imputándose mutuamente los problemas entre los mismos escombros bajo los que aún yacen familias enteras. Que si tú fallaste las previsiones, que si tú no diste a tiempo la alerta, que si unos tardaron en enviar al Ejército, que si los otros recortaron los servicios de emergencia. No son capaces de esperar siquiera a que se disipe del todo la tormenta, se completen los rescates, se achique el...
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