En el bachillerato, cuando yo era adolescente, mis padres me enviaron a Francia —Pau— para que materializase algo mi torpe francés , y allí conocí a un colega irlandés, Ryan, que me decía, con admiración: 'Vous appartenez au petit continent!', refiriéndose a España. Nunca lo he olvidado, y la variedad de nuestras lenguas me parece una riqueza especial de un país situado en un espacio planetario muy peculiar, y cuya gracia particularísima está, paradójicamente, en la diversidad que tiene de todo tipo de elementos — de los telúricos a los culturales… —, lo que le da al unitario conjunto un valor difícil ya de encontrar en condiciones decentes de vida en la Tierra. Por eso, en el asunto de la...
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