¿Puede uno frecuentar la actualidad política sin ser colonizado por el ‘politiqués’? Rubén Amón (1969) demuestra que sí. ‘Tenemos que hablar’ (Espasa) es, entre otras cosas, un ajuste de cuentas con el tópico. Pasa revista a los más odiosos («caladero», «poner en valor», «líneas rojas», «desde el minuto uno»), analizando cuánto han empobrecido la conversación pública, y hasta se sirve de ellos para urdir un desopilante discurso de investidura (p. 112), que aún siendo ficticio es perfectamente verosímil. Acababa de leer el libro de Amón cuando escuché la comparecencia de Ernest Urtasun, ministro de Cultura y portavoz de Sumar, a cuento del caso Errejón. «Los mecanismos de detección y prevención de Sumar han fallado», afirmó. ¿Hay una manera más camastrona...
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