Las dos personas normales están sentadas en un banco de hormigón normal junto a un muro de hormigón normal debajo de un puente enorme, aunque normal, ante unos patinadores de lo más normales, justo donde un rastro de sol esquiva el puente por poco y permite que las hierbas crezcan entre las grietas. Por lo que a las personas normales respecta, se trata de un sitio estupendo. —No acaba de llegar el frío. —No acaba, pero al final llega. Yo ya he empezado a ponerme chaqueta. —Otros años, a estas alturas, ya íbamos con abrigo todos. —Otros años eran otros años. Cada año es distinto, ¿no? Por eso los numeran. Las dos personas normales levantan las piernas a la vez...
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