La banda de rock cordobesa Medina Azahara comienza a componer la balada de su adiós. Esta misma semana ha anunciado que el próximo año emprenderá a partir de enero su gira de despedida , que los llevará a decenas de ciudades españolas y americanas. Será el último reencuentro del público con uno de los grupos más longevos del país. Formado en 1979, cuando España caminaba con zozobra por los primeros años del actual periodo constitucional, ha llegado hasta nuestros días con diferentes cambios de formaciones y superando diversas etapas, pero sin perder nunca la coherencia musical ni la continuidad tanto de conciertos como de producción de discos y nuevas composiciones. Que Medina Azahara es hoy una de las leyendas del rock patrio con varios himnos populares en su repertorio es algo incuestionable. Como también resulta evidente que el suyo no ha sido el camino de 'vive rápido y deja un bonito cadáver' que marca el tópico sino una trayectoria construida a pulso, con la mítica más humilde y laboriosa del día a día. Cuatro décadas de actividad, más de 4.000 conciertos , más de 20 discos de estudio, cuatro de directos y cinco recopilatorios de grandes éxitos son algunas de las cifras que dibujan hoy este largo caminar que los ha conducido a la cima de la música española. Y con una vigencia que queda además fuera de toda duda cuando uno echa un vistazo a Spotify y comprueba que el perfil del grupo tiene más 330.000 escuchas mensuales y que algunas de sus canciones como la antológica 'Necesito respirar' acumulan más de 26 millones de reproducciones. El hecho de que la carrera de Medina Azahara haya sido ininterrumpida no significa sin embargo que no haya tenidos sus curvas y etapas . El mismo dato de que casi una veintena de músicos hayan pasado por la formación en estos 45 años -el cantante, Manuel Martínez , es el único que ha cubierto el periodo completo- demuestra que la banda ha sufrido los mismos problemas que cualquier otro grupo musical. Lo singular en su caso ha sido la capacidad para irse renovando y para ir superando tanto las crisis y las renuncias como los altos y bajos de una carrera que se ha desarrollado en unas décadas en las que la música española ha vivido cambios profundos y constantes , tanto en gustos de la sociedad como en los sistemas de producción y de distribución de la música. El crítico de rock Mariano Minuesa ya estipuló, en un artículo publicado por 'Mariscal Rock', dos etapas bien diferenciadas en la carrera de Medina Azahara cuando en 2020 se cumplía el 28 aniversario de la grabación de su disco 'Sin tiempo', uno de los más exitosos de su trayectoria. Lo que apunta Minuesa es que desde 1979, cuando se presentaron por vez primera en Córdoba, hasta 1992, cuando salió ese trabajo que incluía el clásico 'Necesito respirar' , la banda vivió un éxito unido al movimiento del rock progresivo andaluz que ya había dado previamente a bandas como Gong, Smash o Triana y a artistas hoy legendarios como Silvio Fernández Melgarejo o Jesús de la Rosa . Minuesa sostiene que hasta esa fecha habían logrado ser una banda respetada -con temas populares como 'Paseando por Mezquita' o 'Tu mirada' - y de las pocas que conservaban su conexión con el movimiento setentero del rock andaluz, pero situados en una «posición outsider» y «sin lograr el éxito que en verdad merecían» en un panorama en el que los focos estaban ya puestos en los grupos madrileños de La Movida . La transición comenzó a producirse a finales de los 80, cuando la banda sufrió cambios importantes en cuanto a sus integrantes y también tras alcanzar el acuerdo con el sello discográfico Avispa. Fue ahí cuando se integró en la banda el guitarrista Paco Ventura , procedente de Ago, y cuando confluyeron la veta progresiva y las raíces y armonías flamencas de Manuel Martínez con la aportación de heavy metal más duro de Ventura, como ya señalaba el propio Minuesa en su crítica del disco 'Sin tiempo' en la revista 'Heavy rock' en 1992. Esa unión de talentos cristalizó en ese disco del emblemático año 92, que vendió 100.000 copias en apenas unas semanas. Como explica Minuesa, «pasaron de ser un grupo de culto con estatus 'undeground' a ser estrellas totales» del rock español, un lugar del que ya, según el periodista, nunca se han bajado. La música de Medina Azahara dejaría en el cambio de siglo otros discos de gran interés como 'XX', 'Tierra de libertad' o el multipremiado 'Aixa'. Ya en el siglo XXI se adentraría finalmente en una última etapa con diversos sellos como Pias Spain y Senador , marcada en este caso por la composición constante de canciones que iban formando parte de sus nuevos discos pero también por la realización de versiones de grupos como Triana, Alameda, Las Grecas o incluso The Beatles y con colaboraciones con artistas muy populares como El Barrio o Antonio Orozco . La concesión de la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 2006 supuso la consagración institucionalizada de la banda, que en los últimos años también ha vivido momentos amargos con la muerte de algunos exintegrantes del grupo como el primer bajista, Manuel S. Molina, y el exteclista Pablo Rabadán o la del productor y músico Manuel Mart , hijo del cantante Manuel Martínez. Más allá de periodos y cambios, otro dato permanente es que Córdoba se pasea por la discografía de Medina Azahara como un elemento inspirador esencial. Temas como 'Paseando por la Mezquita' o 'Córdoba' son auténticos himnos . La puesta en escena de la banda y la iconografía de sus discos, que siempre han cuidado con esmero, también han tenido a lo largo del tiempo referencias a la herencia andalusí o a instituciones de la ciudad como el Córdoba Club de Fútbol. Todos estos elementos hacen de Medina Azahara una embajadora de su ciudad de origen, en la que se su despedida cuando finalmente llegue se prevé apoteósica porque siempre fueron profetas en su tierra. No extraña por ello que su decisión de poner fin a su carrera haya causado impacto en la música cordobesa, que ha tenido en esta banda durante décadas a uno de sus grandes referentes. Como explica a ABC el cantante Maikel de la Riva , de la banda rockera cordobesa El Hombre Gancho, «Medina Azahara ha sido un orgullo para Córdoba y una influencia para todos los que hemos venido después, gracias a su carrera ejemplar y coherente y a que logrado hacer su música contra viento y marea». De un modo similar opina también el célebre guitarrista José Antonio Rodríguez , que, aunque de formación flamenca, ha sido un gran aficionado al rock desde su juventud. «Fueron para mí un descubrimiento con su fraseo, sus armonías y aquellos solos de guitarra de Miguel Galán», explica sobre los inicios de la banda. También recuerda que su éxito no ha sido solo nacional sino internacional y explica que, durante una comida que mantuvo Rodríguez con los miembros de la banda rockera alemana Scorpions cuando actuaron en el Festival de la Guitarra de 2016, «lo primero que hicieron fue preguntarme por Medina Azahara porque les encantaba su forma de fusionar el rock con la música española». El legado de la banda se extiende a estrellas de la música cordobesa de estilos muy diversos. Por ejemplo, Lin Cortés , que acaba de publicar la canción 'La rosa azul de Alejandría', con letra de Javier Ruibal y que según explica «viene de ese rock andaluz que nos dejaron grupos como Medina Azahara, Triana o Alameda y que creo nos ha marcado a todos». En la misma línea, el cantante Mario Díaz , explica que «Medina Azahara es un estandarte del rock andaluz y a los que he tenido siempre en el radar porque me han gustado su música, sus letras y su coherencia, que les ha permitido beber de todos sitios pero sin perder su identidad». El autor de temas de gran éxito como 'Gloria bendita' o 'Cambios' considera además que «con esta gira de despedida y después de tantísimos años lo que nos dejan es un ejemplo perfecto de lo que debe de ser la carrera de una banda o de un artista». No hay duda con todo ello de que su estela -que también está presente en otros grupos del rock andaluz actual como los célebres Derby Motoreta's Burrito Cachimba- quedará más allá de la despedida y como modelo ineludible de lo que cualquier músico o grupo coherente y riguroso quiere llegar a ser.