Los testimonios que llegan desde Valencia en la última semana son demoledores. Desde una abuela que ha perdido a sus nietos , hasta un influencer que viajó a Chiva para contar la cruda realidad de los valencianos. ABC de Sevilla ha querido conocer la experiencia de E.G., un joven de Los Palacios y Villafranca, que no dudó en unirse a un grupo de amigos para desplazarse desde Sevilla a Paiporta . Con el corazón en la mano, el joven narra cómo, desde su llegada, se encontró con enormes dificultades logísticas y un escenario de destrucción que no olvidará. La falta de organización, asegura, está ralentizando la ayuda y ha derivado en una escena caótica en la que la solidaridad y las buenas intenciones se ven limitadas por la falta de coordinación y la saturación de voluntarios en algunas zonas. « Estaba muy mal organizado para llegar. Tardamos más de dos horas en entrar , desde Alicante a Paiporta », comenta E.G., que señala la falta de planificación para gestionar el enorme flujo de personas y vehículos que se movilizan hacia las zonas afectadas. Según explica, las caravanas de tráfico, formadas por voluntarios y camiones de ayuda, complicaron la llegada. « En la autopista estuvimos una hora parados y tuvimos que desviarnos a una carretera secundaria . Aunque tampoco iba libre de tráfico, al menos era más rápido ». E.G. destaca que, aunque la policía local intenta dirigir el acceso, los recursos no son suficientes para gestionar la afluencia de personas y vehículos. Este joven propone que se habiliten desvíos con antelación y que se distribuya el tráfico hacia otros pueblos menos conocidos o transitados, que también necesitan ayuda y no están recibiendo los mismos recursos. « Hay que cortar los accesos o derivar el tráfico antes de llegar a los puntos más saturados », sugiere. « Es una pena que tantos pueblos no reciban la ayuda que necesitan y que tanto esfuerzo se desaproveche ». Este joven palaciego y su grupo de amigos se desplazaron directamente al colegio Jaume I , un punto de apoyo y centro de coordinación. Sin embargo, las escenas que encontraron a su alrededor reflejaban un panorama desolador. « La feria de Paiporta iba a celebrarse esos días, y la riada la destrozó. La churrería que estaba al final de la feria ahora está en otro punto , los coches locos están destrozados… Ha sido impresionante », describe. De hecho, un vecino le comentó que la situación parece « la película 'Lo imposible', pero en la vida real ». Al llegar al punto de ayuda, el caos se hacía evidente. « Nos dijeron que no era posible descargar todo , ni siquiera el agua. Hay palés enteros que no se están repartiendo », asegura, atribuyendo la situación a la falta de experiencia en coordinación de emergencias. E.G. explica que la organización en el colegio corre a cargo de los padres del centro, sin el respaldo de profesionales y especialistas, lo que limita la capacidad de gestión y distribución de la ayuda. « No son expertos y se está desaprovechando la buena intención de todos los que nos desplazamos ». Este joven voluntario insiste en que cualquier persona que quiera ofrecer su ayuda se informe primero, utilice rutas menos saturadas y se coordine a través de grupos de WhatsApp o Telegram . Estos canales permiten una comunicación eficaz y ayudan a evitar los desplazamientos por libre, que contribuyen a la saturación del tráfico . Además, enfatiza la importancia de las medidas de protección para evitar posibles infecciones y problemas de salud: « Recomiendo ir como en época COVID-19, con mascarillas, guantes y botas . Hay riesgo de infecciones, ya sea por heridas al trabajar físicamente o al respirar aire contaminado. No noté un olor muy fuerte, quizá porque ya no hay tanta agua estancada, pero hay zonas en las que se necesita protección », añade. El acceso a los suministros básicos, como luz y agua corriente , ha sido restablecido en Paiporta después de los dos primeros días de aislamiento . Sin embargo, la necesidad de apoyo persiste, especialmente en pueblos más pequeños que no reciben la misma visibilidad. « Hay muchas otras localidades afectadas que necesitan ayuda y no hay gente que llegue hasta allí. Pido que la ayuda se distribuya mejor para aprovechar el esfuerzo de todo un país », concluye emocionado este héroe anónimo de la provincia de Sevilla.