Pasaban las 9.30 horas y la tranquilidad, como es habitual, reinaba en el monasterio Santo Espíritu del Monte de Gilet (Valencia). Algunos religiosos se encontraban desayunando , otros ya habían acabado y marchaban a sus habitaciones para continuar con sus oraciones. Minutos después, un hombre saltó la valla y accedió al recinto sagrado con un palo mostrando una actitud violenta y desafiante que puso en alarma a los franciscanos. «Soy Jesucristo y voy a matar a los frailes» , gritaba. Comenzó a recorrer los pasillos del convento y la emprendió a palazos con todo aquel que se cruzaba a su paso. Hirió a siete religiosos con un bastón, un báculo y una botella de cristal. Quien se llevó la peor parte fue fray Juan Antonio Llorente Espín , un franciscano de 76 años nacido en la localidad murciana de Cehegín, con casi cinco décadas de profesión devota, quien recibió diversos golpes críticos en la cabeza. Fue Fray Ángel Ramón, uno de los frailes más conocidos del monasterio por su popular canal de YouTube en el que cuelga recetas de cocina, quien consiguió amedrentar y alejar al atacante, además de dar aviso a los servicios de emergencia y a la Guardia Civil. «Estaba en la cocina y escuché un grito. Subí pensando que alguien se había caído y vi a un hombre corpulento dando puñetazos y patadas», relataba a Cuatro . « Parecía haberse vuelto loco », subrayó. El religioso más grave fue inmediatamente trasladado al Hospital Clínico de Valencia, donde falleció finalmente este pasado lunes después de dos días inmerso en un estado de ' muerte cerebral ' a causa de las graves heridas neurológicas sufridas en el ataque al monasterio, ubicado en las colinas de Gilet, a 30 kilómetros al norte de Valencia. La Provincia de la Inmaculada Concepción, a la que pertenece el convento franciscano, ha emitido un comunicado para pedir una oración por el alma del hermano fallecido y la pronta recuperación de los que continúan hospitalizados y consternados por la tragedia. «En estos días de dolor, confiamos en el amor y la paz de Cristo, nuestro bien supremo, Él nos dará el consuelo y la fortaleza para superar esta tragedia», señalan. Asimismo, atribuyen a fuentes oficiales que el agresor es un consumidor habitual de diversas sustancias estupefacientes y que estaría bajo sus efectos en el momento de los hechos, además de padecer de brotes psicóticos. «Pedimos también por el agresor para que sea consciente del daño y sea capaz de rectificar un comportamiento para nada propio de la condición humana», rezan los religiosos. «Nuestro hermano fray Juan Antonio Llorente Espín ha entregado su espíritu al Señor como consecuencia de las graves heridas sufridas en su convento Santo Espíritu del Monte, donde fue apaleado con ensañamiento y alevosía por un presunto perturbado. Fray Juan Antonio había cumplido los 76 años de edad y los 46 de profesión religiosa », apuntaba la provincia franciscana en un nota oficial. Por su parte, el monasterio ha dado las gracias a sus seguidores a través de las redes sociales y tratan de recuperarse de un atentado en un lugar sagrado que fue restaurado en 1878. Desde hace diez años, ofrece además la posibilidad de hospedarse en un paraje ideal para caminar y obtener la relajación necesaria tras huir de la ciudad. Respecto al estado del resto de religiosos que resultaron heridos en el ataque y permanecen ingresados en el hospital, el de 95 años que fue trasladado del hospital de Sagunto al Clínico de Valencia ha regresado a este primero, mientras que el de 66 años sigue ingresado en este mismo centro hospitalario. La Guardia Civil detuvo el domingo a un hombre de 46 años en relación con los hechos, concretamente en un piso okupado en la localidad del Puerto de Sagunto. El arrestado fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil en Puçol después de haber sido detenido durante la madrugada del domingo y está previsto que este martes pase a disposición judicial.