«Voy a trabajar muy duro, tengo solo seis semanas para prepararme, pero lo lograré. Desde muy pequeña, veía el certamen a través de la televisión y soñaba con estar ahí. Lo he conseguido». Estas palabras son las que dijo Michelle Jiménez , la candidata que representará a España en Miss Universo , tras desbancar a sus oponentes y alzarse con la victoria en nuestro país. La espera ha llegado a su fin y este sábado, 16 de noviembre, la joven desfilará en el Arena Ciudad de México, un recinto de espectáculos cuya capacidad es de 22.300 personas. Hasta la zona ya se han desplazado miles de acérrimos para disfrutar del certamen de belleza más importante del mundo. «Estoy ilusionada y con muchas ganas. Yo creo que los nervios llegarán cuando se acerque el momento», desliza la española en conversación con ABC. Durante las dos semanas que ha durado la concentración -todas viajaron hasta México a finales de octubre para estar presentes en las distintas actividades que había preparado la organización-, la candidatura de España se ha convertido en una de las más reconocidas a nivel mundial. En gran parte de los 'hot picks' -predicciones- se posiciona entre las 30 primeras. Señalar que hay más de 120 mujeres que lucharán por convertirse en la más bella del universo. Ante esto, Jiménez se muestra agradecida, pero sin hacerse ilusiones: «Hay chicas que no salen en esas listas y que ganan. La decisión final la tomará el jurado. Este año hay candidatas muy potentes». Eso sí, señala que su punto fuerte es «mi personalidad. Puedes dar clases de pasarela y oratoria, pero el desparpajo y el carisma prevalece siempre. Es algo que no se puede aprender». Michelle Jiménez no es solo una mujer bonita. También tiene una historia digna de contar y con la que pretende ayudar a todos los que atraviesan una situación similar. «Estuve desde los 12 años a los 18 en centros de acogida. Fue una etapa que me ayudó a desarrollar habilidades como la resiliencia y el poder ser una mujer independiente. Eso es lo que yo quiero transmitir». Y esto no significa que haya dejado de tener contacto con sus progenitores, todo lo contrario: «Los padres hacen lo que pueden con lo que tienen». Sus vivencias hicieron que madurase antes que el resto. Así, como contó a quien esto firma, cuando ganó Miss Universo España , «mis amigos siempre me han dicho que cuando era una niña tenía la vida de una chica de 20 años». De ahí que lleve por bandera «la humildad y el respeto por los demás»: «Una te recuerda de dónde vienes y te mantiene los pies en la tierra por muy lejos que llegues y la otra es la base para tener una buena convivencia con cualquiera». Ganar notoriedad conlleva que esté más expuesta a la opinión de la gente. Por ello, la críticas sobre su color de piel no han cesado en estos dos meses: «Siempre están. Incluso ganando me han criticado, pero yo me doy menos cuenta porque no estoy de ellas. Al final, hay que valorar mucho más lo bonito». Y esa segunda parte supera, con creces, a los que se dedican a verter odio. Tan solo hay que ojear sus redes sociales para ver los mensajes de apoyo y cariño que está recibiendo, que se cuentan en cientos. Independientemente de si trae la segunda corona a España o no, Jiménez quiere aprovechar al máximo esta oportunidad: «Cuando termine, seguiré con mi proyecto social para poder enfocarlo de una manera más global». También buscará cumplir otro de sus sueños, «ser actriz». Apuntar que no sería la primera. Amparo Muñoz , la única española que ha ganado Miss Universo , labró una exitosa carrera en el mundo interpretativo. Uno de sus miedos era no conocer, antes de poner rumbo a México, a la candidata con la que iba a compartir la habitación: «Estaba nerviosa porque es alguien con quien pasas mucho tiempo. Gracias a Dios, me ha tocado con Guatemala, que es un amor de niña. Me gustaría que la victoria estuviera entre nosotras dos». Aunque no es la única con la que Jiménez ha sentido una conexión especial: «Mi chaperona -la mujer encargada de las candidatas- es la de Venezuela y El Salvador. Nosotras decimos que somos como hermanas y ella es nuestra madre. Nos llevamos muy bien y, siempre que podemos, estamos juntas». También quiere dedicar unas palabras a todas las personas que han acudido al hotel en el que se hospedan para saludarlas y a los profesionales que hacen que todo sea posible: «Nos han recibido superbién». La joven tiene en su memoria las palabras que le dijeron sus hermanos antes de coger el vuelo desde el aeropuerto de Barcelona, donde fue con su tío y su mejor amiga -en España no es frecuente, como en América, que los seguidores se organicen para despedir a su candidata antes de volar-, hasta México: «Que sea yo misma, que me lo pase bien, que disfrute y que haga reír a la gente. Que haga amistades y que lo aproveche porque si no me llevo la corona, habrá otras oportunidades». Por último, quiere lanzar un mensaje de esperanza a aquellos que, de algún modo, estén perdidos: «Que busquen sus habilidades y lo que quieren hacer. Que trabajen por ello porque los sueños se cumplen pero hay que trabajarlos, nadie te regala nada. La disciplina es lo que queda cuando la imaginación se va».