Ante la situación que estamos viviendo a consecuencia de la Dana, muchas personas están sufriendo síntomas de ansiedad, culpa, miedo, agotamiento, pesadillas, dificultad para dormir. Aunque no hayas vivido la situación en primera persona, puedes estar experimentando estos estados disfuncionales. Los eventos dolorosos o traumáticos generan emociones intensas difíciles de manejar, por lo que es imprescindible que hagas prácticas de autocuidado . Estos ejercicios te ayudarán a reconocer, gestionar y dar respuesta a tus propias emociones de forma saludable, lo que te permitirá lidiar mejor con ellas. A continuación, te acompaño a descubrir algunas de estas prácticas para que puedas conectar con tus propios recursos de afrontamiento y alivio. Recuerda que quedarte bloqueado solo agravará tus síntomas. • Expresa y comparte tus emociones, tu relato, tus vivencias . Para elaborar lo ocurrido, es importante que sueltes y hables de ello en un lugar seguro. Con personas que sean un refugio para ti en estos momentos, que sintonicen y sostengan tu relato. Sin juicios, sino con una escucha activa y empática. • Reconoce y acepta tus emociones . No las evites ni reprimas, suelta la tensión y ofrécete un espacio seguro en el que hacerlo. Sin prisa, tus emociones necesitan un tiempo para procesar lo ocurrido. • Pon límites seguros . Según cómo te encuentres, necesitarás alejarte o tomar perspectiva de lo ocurrido. Hazlo sin culpa, hazlo desde la responsabilidad de tu propio autocuidado. La sobreexposición puede aumentar tu ansiedad y desgaste emocional. Así que, en cuanto percibas que las noticias o redes sociales empiezan a sobrepasarte, pon un límite sano y amable. • Realiza ejercicios de respiración profunda o diafragmática, meditación, o técnicas de relajación . Todas ellas pueden ayudarte a reducir los niveles de ansiedad en momentos de crisis. Además, la práctica regular de mindfulness, también te ayudará a mantenerte en el presente y reducir los pensamientos intrusivos. • Conecta con una buena red de apoyo. En estos casos, las conexiones sociales tienen un papel fundamental para sobrellevar mejor el dolor y favorecer el alivio del sufrimiento. • Realiza actividades gratificantes. Retoma actividades que te gusten o que te relajen, por ejemplo, pasear, hacer ejercicio, leer. Serán una buena pausa consciente en la que podrás descansar y movilizar tus pensamientos hacia estados más resilientes. • No seas exigente contigo mismo . En estos momentos necesitas generar un discurso interno en el que seas amable contigo y puedas acompañarte a transitar el sufrimiento de la mejor forma. Es un proceso y, cada quien, tiene su tiempo y su espacio. Lo importante es sentir que sigues avanzando. No compares resultados ni te exijas estar de otra manera. Acepta cada paso y conecta con tu fortaleza para transitarlo y aliviarlo. Establece una rutina diaria en la que puedas contemplar estas prácticas de autocuidado, un tiempo para meditar, para realizar una actividad relajante, recordarte el regresar al presente con amabilidad. Cuídate. Es importante respetarte en los momentos de dificultad y creer en ti. Abrázate y cultiva tu mente en estados virtuosos, desde la calma. Y para ello, si lo deseas, te comparto una meditación de 7 minutos en la que podrás empezar a practicar conmigo. Y recuerda que, si sientes que el desgaste emocional o la ansiedad son abrumadores y persisten en el tiempo, acudir a un psicólogo puede ser de gran ayuda. Los profesionales de la salud mental pueden ofrecerte herramientas específicas y un espacio seguro para procesar lo que estás viviendo. Podemos encontrarnos cada domingo en ABC Bienestar ( te pongo aquí el listado de las meditaciones guiadas ). Además puedes saber más sobre mi trabajo en torno a los beneficios de la meditación en el libro 'El poder sanador del silencio' (Grijalbo) y en la cuenta de instagram: @belencolomina .