Sorpresa entre los representantes sindicales de los trabajadores ante el anuncio de que una empresa de Valladolid, Martínez Marcos, adquirirá las instalaciones de Bimbo en el Polígono de San Cristóbal. Se trata de una firma familiar, dedicada al transporte de mercancías por carretera a nivel nacional e internacional, cuya actividad principal es el traslado de productos pulverulentos en cisternas, complementado con la aspiración de mercancías y estaciones de lavado en diferentes puntos estratégicos de la geografía nacional. Nada que ver, por lo tanto, con lo que era la actividad de Bimbo, lo que no ha evitado que ambos grupos hayan alcanzado un acuerdo dado a conocer ayer y mediante el cual el comprador se compromete a invertir unos cinco millones de euros y a crear 50 puestos de trabajo, incluyendo la reincorporación de los empleados de la planta que ha cesado en su actividad. El «ambicioso proyecto», según señalaron fuentes próximas a la operación, tiene como objetivo convertirse en plataforma logística de almacenamiento para alimentación con silos y cámaras frigoríficas, lavadero, talleres, cabina de pintura y parking aéreo para más de 300 plazas de camiones. Un plan de reindustrialización que ha sido posible gracias a la mediación de LHH, perteneciente al Grupo Adecco, que fue la encargada de buscar un inversor para la factoría vallisoletana. La noticia, difundida por la empresa mediadora, fue recibida por los representantes de los trabajadores de forma «positiva», aunque no quisieron ir más allá a la espera de conocer hoy los pormenores de la operación y las condiciones en las que se incorporaría el medio centenar de trabajadores. Advirtieron, en este sentido, que nada tiene que ver la actividad panificadora que realizaban con Bimbo con la que va a implantar Martínez Marcos, una empresa familiar fundada en 1964 por Eladio Martínez Marcos con implantación en Madrid, Tarragona, Bilbao, Sevilla, Málaga y Valencia. Cuenta con una flota de más de 200 camiones y da servicio al sector agroalimentario e industrial a nivel nacional e internacional. «Esta nueva adquisición y creación de empleo permitirá un crecimiento firme y sostenido de la empresa», señalan fuentes de esta compañía. La multinacional Bimbo destacó, por su parte, que con esta operación «se cumple con el compromiso adquirido con los representantes de los trabajadores para mitigar las consecuencias del cese de la producción de la planta de Valladolid». Con la compra se logra, además, que prácticamente la totalidad de la plantilla tenga, en principio, un destino una vez que cese en su actividad la factoría gracias a las recolocaciones en otras plantas de la panificadora, las prejubilaciones, algunas bajas incentivadas y, ahora, el nuevo proyecto industrial. La consejera de Industria, comercio y Empleo, Leticia García, también se felicitó por el acuerdo. «Si lo trabajadores están satisfechos, la Junta también lo está», apuntó. Destacó, especialmente, que Martínez Marcos sea una empresa de Castilla y León y que, además, «tenga base familiar, lo que indica que no habrá una deslocalización y que se queda en Valladolid». A partir de ahora, señaló, «nos ponemos a su disposición para todo lo que necesite». Por su parte, el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, puso de relieve el trabajo «discreto y ejemplar» del Ayuntamiento en la solución del conflicto de Bimbo, El regidor significó, en declaraciones recogidas por Ical, que «desde el primer momento» en que el Consistorio tuvo noticia de que Bimbo «abandonaba Valladolid», «hemos trabajado en conjunto con el resto de administraciones para buscar una solución para el