El pasado domingo 8 de diciembre dentro del puente festivo, a media tarde el servicio de urgencias que se presta por atención continuada del Centro de Salud de Casetas volvió a ser escenario de un ataque de ira y agresividad . José A G.G. solicitó asistencia urgente para su hija menor sin presentar la tarjeta sanitaria requerida para recibir atención médica. Las sanitarias que se encontraban de guardia realizaron un primer examen para determinar que la menor no padecía ninguna emergencia aguda y solicitaron al padre que entregara la tarjeta sanitaria para poder tramitar la asistencia como marca la normativa, ante lo que el padre reaccionó de forma violenta con insultos y amenazas, utilizando expresiones como «me cago en tus muertos» y « guapita de cara, que veo lo guapita que eres y cómo has llegado ahí». Posteriormente, arrojó un paraguas hacia la sanitaria y se abalanzó sobre ella , lo que obligó a la intervención del vigilante de seguridad del centro para evitar la agresión y salvaguardar la integridad física de la médico. A pesar del episodio violento sucedido y la extrema tensión, y dado que la agredida era la única facultativa que había en el centro de salud, al regresar el padre con la tarjeta sanitaria se procedió a atender a la menor en compañía de una enfermera y el vigilante de seguridad. Tras finalizar la asistencia el padre también mostró su disconformidad con el diagnóstico y tratamiento realizado propuesto, exigiendo la administración de un antibiótico y gritando «porque tiene infección, que yo lo sé». Las sanitarias trataron de explicar al hombre que no era necesario dicho medicamento. La situación de tensión estalló cuando el padre junto a la menor se negaron a abandonar el centro de salud, levantando el padre la mano contra la doctora que evitó ser agredida, al echarse hacia atrás e interponerse el vigilante de seguridad , quien tuvo que sacarles fuera del centro de salud. «No eres médico», espetaba el hombre muy agresivo. La facultativa agredida sufrió ansiedad y otras lesiones debido a la situación sufrida, pero tuvo que seguir prestando servicio debido a que no había otro facultativo que pudiera asistirla o sustituirla. Jorge Piedrafita, abogado de la facultativa, señala que se presentó de inmediato denuncia ante la Guardia Civil de Casetas ante unos hechos muy preocupantes que constituyen «un delito de atentado contra los agentes de la autoridad (reconocida al personal sanitario), amenazas y lesiones». El letrado también reclama que se reinstauren los dos equipos de urgencias en la población de Casetas, para que los profesionales puedan desarrollar sus funciones con un mínimo de medios y apoyo mutuo, así como que la agresión al personal sanitario, que cada vez empiezan a ser más habituales. No obstante, desde la plantilla de Casetas aseguran que las medidas implementadas por el servicio aragonés de Salud están funcionando y que van a trabajar con un vigilante, aunque nunca pensaron tener que hacerlo.
