Los últimos inquilinos de la Casa de los Vargas , una villa de estilo renacentista junto al puente del Rey por la que pasan de largo casi todos los turistas, fueron los funcionarios municipales del área de Deportes, que abandonaron el edificio en 2008. Quizás ni ellos sabían que, tras esas paredes de pladur, suelos industriales y falsos techos, se escondía uno de los palacetes más singulares de la ciudad. Su historia está vinculada no solo al origen de la Casa de Campo , sino incluso a la concepción de Madrid como capital de España. A Carlos V, pese a lo vasto de su imperio, le encantaba pasar temporadas en el pabellón de caza que uno de sus consejeros, Francisco...
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