Tres días después de la llamada a la serenidad de Don Felipe, cuyo mensaje de Navidad estuvo centrado en la reivindicación del bien común y el reencuentro públic o, el mismo Ejecutivo que suscribió y aplaudió sus palabras vuelve a la carga con una batería de descalificaciones a los rivales políticos y, peor aún, a las instituciones del Estado que aún no ha colonizado. No por habituales revisten menos gravedad los ataques de Óscar Puente, ministro que ahora califica de «terrible» el nivel de «toxicidad» de Isabel Díaz Ayuso y que acusa al Tribunal Supremo de «bailar al son» que marca la presidenta de la Comunidad de Madrid. Tres días ha durado la 'paz navideña' que el Gobierno ha escenificado desde la emisión del mensaje de Navidad del Rey, señal inequívoca de que el año entrante no va a ser precisamente el deseable escenario de un reencuentro político que, a su vez, descargue la tensión de una sociedad crispada a conveniencia de parte. Se buscan enemigos, o se fabrican.
