Da igual si el Valencia vive uno de los peores momentos de su historia, si tiene un once titular en el que la mitad de los jugadores no le conocen ni en su casa a la hora de comer o si el estadio no para de pedirle a gritos al dueño de la entidad que se vaya de una puñetera vez. Es poner un pie un jugador del Madrid en Mestalla y, además, hacerlo con entrenador nuevo, y sufrir una metamorfosis que no tiene explicación científica. Estaba el Valencia de Baraja en plan corre tú que yo no tengo ganas y, además, me canso. Y, claro, si tú eres un vago tu trabajo lo tiene que hacer otro, y el...
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