Policía Nacional y Municipal han desarticulado el considerado principal narcopiso de hachís en Puente de Vallecas. Además, este, concretamente, lo regentaba un miembro de la familia Jiménez , el clan español proveniente de la Cañada Real que más guerra está dando con sus viviendas para traficar con drogas. De hecho, tienen tomado otro barrio, la zona de Latina en la que se ubica la calle de Cullera y por donde el Ayuntamiento de Madrid tiene previsto instalar en los próximos meses un sistema de videovigilancia. Desde el pasado septiembre, agentes municipales de la Comisaría Integral del Distrito de Puente de Vallecas investigaban con los nacionales este último narcopiso, en la zona de Entrevías. Todo partió de una denuncia vecinal en la Oficina de Atención al Ciudadano. Señalaba el trasiego y el olor que desprendía una vivienda del nímero de la calle de Bohonal, precisan fuentes del caso. Se realizaron en estos tres meses un total de 13 vigilancias discretas en torno al domicilio, para poder documentar las idas y venidas de los compradores de droga. Este procedimiento es el habitual: los agentes hacen las 'tronchas' y paran a los toxicómanos que salen de adquirir su dosis. Los identifican y atestiguan que se venden estupefacientes en el piso. Así, consiguen que el juzgado que lleva el caso permita la entrada y registro sin que se vulneren los derechos constitucionales. Eso es lo que ocurrió el 20 de diciembre, cuando los policías pudieron acceder y detener a tres varones, todos nacidos en Madrid, siendo el líder del clan de los Jiménez. Tienen 39 y 25 años. Se han intervenido 1,5 kilos de hachís, un arma de fuego con 10 cartuchos (una Star del calibre 9 milímetros); una defensa extensible; un machete de 44 centímetros de hoja, y diversos elementos para el cultivo del hachís: una báscula de precisión, 24 focos, 24 transformadores, 5 ventiladores, 4 extractores, 4 termómetros, un filtro de carbón activo y 31 bombillas. Los encartados están acusados de los presuntos delitos contra la salud publica, pertenencia a grupo criminal y tenencia ilícita de armas. La familia Jiménez ha provocado grandes dispositivos policiales en el entorno de la calle de Cullera, donde han tenido más de diez viviendas del Agencia de la Vivienda Social, el antiguo Ivima, para vender estupefacientes. Más de doscientos agentes han participado en al menos dos entradas y registros en estos domicilios. Junto a clanes como el de los Gordos, los Bruno, los Fernández y demás, son los principales 'reyes' de la Cañada Real; pero, con la continua actuación policial en el poblado, han llevado parte de su negocio criminal a los narcopisos.
