Obligado a resetearse rápidamente, olvidando tanto la frustración de la derrota como la alegría de la victoria, el Real Betis Baloncesto jugó el pasado sábado en Zamora, donde ganó, y este martes vuelve a hacerlo, pero esta vez en el pabellón San Pablo, contra el Alimerka Oviedo y en otra competición, la Copa de España, que podría darle la primera gran satisfacción de la temporada. A las puertas de la Final Four se halla el equipo de Gonzalo García de Vitoria, que el pasado 23 de diciembre se impuso en Pumarín por cuatro puntos (78-82) , logrando una renta escasa que le tocará defender esta noche en ese fortín que hasta la fecha ha construido en su territorio, donde lo ha ganado todo, tanto en Primera FEB como en el torneo copero. Sueña el club, pese a jugase en día entresemana y con las vacaciones navideñas recién finalizadas, con la mejor asistencia posible al pabellón. Hay entradas disponibles desde seis euros y la más cara, en grada telescópica, cuesta quince. Será la tercera vez esta campaña que el Betis Baloncesto se vea las caras con el cuadro carbayón. Ya sabe, pues, a lo que atenerse. Conoce las virtudes y defectos de su oponente. Se trata de un equipo liviano en el juego interior, con más capacidad anotadora en el perímetro que en la pintura, y que no se abandona nunca, ni cuando más torcido parece el panorama . Al menos así se ha comportado en estos dos recientes precedentes. En el choque liguero en San Pablo , puso al Betis contra las cuerdas con rentas a su favor de hasta 14 puntos; y hace un par de semanas, en la ida de la eliminatoria, el Oviedo sacó carácter y encontró los recursos necesarios para reponerse de una desventaja que se estiró hasta los 19 puntos y, exprimiéndose al máximo, llevar al límite a su rival dejando el cruce en el aire. Le espera otro exigente reto al Betis , que se ha acostumbrado a ganar sufriendo en las últimas semanas, astillado como anda por las lesiones y obligado a las componendas en la rotación y a las minutadas de algunos de sus jugadores de mayor calibre. A riesgo de resultar repetitivos, no es poca cosa competir sin Álex Suárez, Cvetkovic y DeBisschop, siendo los dos últimos piezas nucleares del plantel. En Zamora, además, Jelinek jugó tras un proceso gripal, forzando de nuevo como en los últimos partidos, y a última hora se cayó Pablo Marín por un dolor en el Aquiles que hasta caminar le impedía. No cesa la plaga de lesiones del Betis Baloncesto, que aguanta el chaparrón y sigue compitiendo, tirando de calidad, de la fuerza del grupo y su compromiso, demostrando mucho corazón en la cancha. En Zamora, el planteamiento del partido salió que ni pintado: se la jugó al triple y así ganó. Frente a las 17 dianas perimetrales del anfitrión, las 18 de un Betis Baloncesto guiado por un Renfroe estelar, tridimensional: 29 puntos, siete triples, cinco rebotes, seis asistencias, tres recuperaciones y 37 créditos de valoración que le valieron el MVP de la jornada . Asumió los galones, mandó, templó, hizo mucho daño con el tiro exterior y, cuando más quemaba la pelota, sacó al equipo de múltiples apuros. Como Hughes (24 puntos y siete rebotes), qué espectacular nivel el suyo especialmente en las últimas jornadas; o Radoncic , que anotó (17), cerró el tablero (ocho rebotes) y hasta repartió juego (cuatro asistencias). Un trío de ases que superó (cada uno de ellos) los 30 minutos en pista y aportaron al equipo ese plus de calidad imprescindible en un partido de semejante calibre anotador (95-105). En pulsos de dígitos elevados, ya ven, también puede salir vencedor este equipo, que tiene puntos en las manos aunque haya sido precisamente la defensa su principal signo de distinción. Y el que debe recuperar porque ese sello conduce a las cotas competitivas más altas. Las que persigue el club tanto en la Copa de España como, sobre todo, en Primera FEB. El gran objetivo es el ascenso , pero a nadie amarga un dulce y el equipo bético se ha tomado el torneo del KO con mucha seriedad desde su kilómetro cero en septiembre. Cuando arrancó en Melilla , luego recibió al Morón y venció en Huelva antes de rematar la faena en casa con el Algeciras en una especie de entrenamiento con público en el que perdió por lesión a tres jugadores. El calendario del torneo del KO no ha ofrecido ninguna facilidad a los clubes, pero se asume sin excusas y este martes, con San Pablo de testigo, el Betis Baloncesto jugará para abrir las puertas de la Final Four y colocarse a dos partidos de levantar un título los días 24 y 25 de enero. Para llegar hasta ahí, hasta esa cumbre, antes tiene que derrotar a este Alimerka Oviedo que no se lo ha puesto nada fácil en ninguno de los dos episodios anteriores. Las ha pasado canutas el Betis y debe estar preparado para un escenario parecido , pero ha de salir con la mentalidad de ganar y no con la de guardar la ropa. Tanto se conocen ambos equipos que será complicado que uno u otro se imponga con autoridad. La noche promete. El joven Langarita le aporta mucho talento a los carbayones, Hutchinson puede hacer mucho daño sin entra en ebullición anotadora y entre Mikel Sanz, Marc Martí, Cosialls y Menuge imprimen versatilidad a las posiciones interiores. No es un equipo definitivo por dentro, como tampoco suele serlo el Betis Baloncesto, que hizo un tremendo esfuerzo físico en Zamora y este martes, a la espera de saber cómo se ha recuperado y cómo tiene el depósito de combustible, afronta un duelo decisivo. Una final , la primera de la temporada, que guarda un suculento premio: meterse entre los cuatro mejores del nuevo torneo copero de la FEB.
