Al despertar el sábado, los rayos de sol acarician la campa de Pingüinos: entre los pinos, pequeñas nubes suben desde las hogueras. Con diez grados y alguna pavesa inofensiva, sin nieve ni niebla, un ambiente de rugidos y ronroneos de gasolina se ha adueñado del lugar. El café, el caldo, las motos que vienen y van... todo humea agradablemente en el 'nido' de los cerca de 40.000 moteros que se han acercado a Valladolid este fin de semana. Después de una noche larga de 'Año Nuevo Pingüinero', han disfrutado de una de las jornadas más cargadas de la concentración en cuanto a programa, con el tradicional desayuno, los desfiles de banderas –a mediodía– y de antorchas (en honor a los...
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