Cinco años después de su última ponencia, las «monjitas de Belorado» volverán al escenario de la feria gastronómica Madrid Fusión. Esta vez será para presentar su nueva marca de chocolates «Erre que Erre», que crearon hace unos meses, para desmarcarse de las trufas y dulces de chocolates que las hicieron famosas en su etapa como clarisas y que ya les llevaron a participar en varias ediciones de Madrid Fusión , uno de los eventos más destacados del mundo gastronómico y que en su edición de 2025 se celebrará del 27 al 29 de enero. Según una nota de prensa que han hecho pública, su participación en el evento supone «una oportunidad única para compartir su experiencia, dar a conocer su trabajo y mostrar sus innovaciones en la elaboración de chocolate». Durante el encuentro las exreligiosas presentarán una de las ponencias de Madrid Fusión Pastry, la zona del evento dedicada a la cocina dulce, titulada «Chocolates Erre que Erre». Durante media hora, las «monjitas de Belorado» -como aparece en el programa oficial - «explicarán de manera sencilla cómo producen su emblemático chocolate», señalan en su nota de prensa. «Un dulce que refleja el esfuerzo, la creatividad y la lucha frente a las adversidades que amenazan la continuidad de los monasterios de clausura», añaden en el texto, en el que no parecen esconder sus intenciones de convertir la participación en el evento gastronómico en otro episodio más de su campaña mediática. Las exclarisas han sido invitadas al evento gastronómico por José Carlos Capel, fundador y actual presidente de Madrid Fusión, quien ya les invitó en anteriores ediciones, la última en 2020, al conocer sus chocolates a través del pastelero Paco Torreblanca. La difusión pública que obtuvieron en aquellas participaciones les reportó una cierta fama en el mundo de la gastronomía que les animó a emprender algunas vías de negocio -como exportar las trufas a Japón o distribuirlas en grandes centros comerciales- que acabaron fracasando. Las restricciones de movilidad impuestas por la pandemia y la subida del precio de la materia prima provocó que, las entonces clarisas, sufrieran una drástica reducción de ingresos por la venta de sus reconocidas trufas y rocas de chocolate. A ello se unieron otros naufragios empresariales como el obligado cierre de la casa rural de Artebakarra (Derio) por carecer de licencia municipal, o la imposibilidad de vender oficialmente animales de compañía, al no estar autorizado su criadero de perros. Además, los gastos derivados de la restauración del monasterio de Orduña sumieron a la comunidad de clarisas en una compleja situación económica de la que trataron de salir anunciando su ruptura con el Papa y tratando de transferir las propiedades y la actividad económica de los monasterios a dos asociaciones civiles, que no han sido reconocidas por la Ministerio del Interior. Tras el nombramiento por parte de Francisco de un comisario pontificio para resolver la situación de los monasterios, y la posterior intervención de las cuentas bancarias, las exreligiosas trataron de seguir vendiendo sus chocolates, aunque carecían de cobertura legal ya que los CIF de ambos cenobios están controlados por el comisario. De ahí que, el pasado verano crearan la nueva marca «Erre que Erre», vinculada a principios de enero a la sociedad limitada Obraetlabora S.L., con sede en el monasterio de Belorado, de la que es administradora única Susana Mateo Cruz, conocida en su etapa como religiosa como sor Sión. Como ya anticipó este diario, se da la paradoja de que los gastos corrientes de la nueva empresa son asumidos por la Federación de Clarisas (a la que las exreligiosas señalan como culpables de sus problemas económicos), por lo que buena parte de los ingresos de la nueva marca de chocolates pueden considerarse como beneficios. Será la marca que presenten en Madrid Fusión aunque probablemente, sobre el escenario de la feria gastronómica, al narrar su experiencia «Erre que Erre», omitan esa parte de su «lucha contra las adversidades».