Más de un centenar de personas se han congregado este martes en las inmediaciones del Movistar Arena, antiguo WiZink Center, para protestar contra el duelo de Euroliga entre el Real Madrid y el Maccabi de Tel Aviv (20.45) . En la manifestación, organizada por grupos propalestinos y que ha requerido de un incremento en el dispositivo policial, proclamaron su rechazo a que el equipo visitante siga compitiendo en el torneo continental debido al conflicto que Israel mantiene con Hamas desde hace más de un año. «Fuera el sionismo del deporte» o «Palestina vencerá» fueron algunos de sus cánticos. Ione Belarra , secretaria general de Podemos, fue la primera en alzar la voz el pasado lunes, al asegurar que el equipo es «cómplice del genocidio» que el país presidido por Netanyahu ejerce sobre Palestina, según la formación política. Sin embargo, fue el ministro español de exteriores, José Manuel Albares , el que declinó la opción de cancelar el duelo o impedir la entrada del Maccabi en nuestras fronteras. «Hay que dejar el deporte a un lado», aseguró el socialista. Esta no es la primera vez que los de Tel Aviv se encuentran con un ambiente hostil durante sus viajes. Sin ir más lejos, el pasado siete de enero, la plataforma vasca 'Palestinarekin Elkartasuna' pidió la suspensión del Baskonia -Maccabi porque «Israel utiliza los eventos culturales y deportivos para limpiar su imagen en el mundo y para normalizar la existencia de un estado colonial que comete crímenes contra el pueblo palestino». La propia Euroliga y las autoridades locales denegaron la petición, aunque el grupo sí mostró pancartas en las que se podía leer «Libertad para Palestina» o «¡Maccabi, fuera de Europa!». Ciertos sectores políticos y sociales también le achacan al club hebreo que haya apoyado la guerra de su país contra Hamas. Durante la pasada campaña, cuando el grupo terrorista árabe acometió atentados y secuestros en octubre de 2023, los jugadores macabeos saltaron a las canchas de media Europa con camisetas con el eslogan «Traedlos a casa ya», en referencia a los rehenes que el grupo había tomado durante sus acciones. No pudieron hacerlo en su propia pista, ya que debido a la inseguridad que se vive en Israel desde entonces, el club juega como local en la Euroliga en la sala Pionir de Belgrado , antigua casa del Partizan. El Maccabi de Tel Aviv, así como tantos otros conjuntos del país hebreo, es un elemento más de la cultura y del mundo judío. En 1921, durante un congreso en la ciudad checa de Karlovy Vary , varios líderes de dicha comunidad se propusieron fomentar la actividad física y así formaron el Maccabi World Union, un organismo del que posteriormente nacería la mayoría de clubes de Israel, tanto de fútbol como de baloncesto, las dos disciplinas más practicadas en el país. El club de Tel Aviv de basket, en poco tiempo, se convirtió en uno de los más exitosos de toda Europa. Decidieron darle el nombre de los macabeos, un grupo revolucionario judío, que actuaba durante la ocupación romana del territorio israelí en el año 164 a.C., y era la estrella de David su símbolo, que aún puede apreciarse en el escudo del equipo hebreo. Como suele ocurrir, con el paso del tiempo, los clubes fueron asociándose a diferentes ideologías políticas y fue el Maccabi el que más se arrimó al partido conservador, que actualmente preside Benjamín Netanyahu , y al sionismo, movimiento nacionalista, mientras que el Hapoel de Tel Aviv se asocia más a la izquierda. Ya conocida la formación del equipo, toca hablar de sus aficionados ultras. Como en prácticamente todos los clubes de Occidente (Israel es un país de Oriente Próximo pero siempre ha participado en competiciones europeas), en la década de los setenta y ochenta, estos grupos se radicalizaron y utilizaron ideologías políticas para justificar enfrentamientos violentos con radicales de otros conjuntos. De hecho, los desplazamientos del Maccabi no generaban tanto temor como los del Partizan de Belgrado (Serbia), el Panathinaikos (Grecia) o el Fenerbahçe (Turquía). Su visita continental más polémica ni siquiera estuvo protagonizada por sus aficionados. En un duelo ante el Madrid en 1983, un hincha blanco lanzó una moneda que impactó en el pívot estadounidense Earl Williams , apodado 'El Ogro'. Este se dirigió a las gradas locales para intentar cazar a su agresor, pero su compañero, el también norteamericano Aulcie Perry , lo redujo para evitar una batalla que, casi con total seguridad, se hubiese vuelto campal en el Pabellón de la Ciudad Deportiva del Real Madrid Los conflictos con los ultras del Maccabi de Tel Aviv , más allá de las reyertas habituales, se han producido en la época moderna, y esto se debe en gran parte a que las aficiones asociadas a la izquierda suelen apoyar la causa palestina y ven al equipo como un emblema de las acciones militares israelíes fuera de sus fronteras. Sin ir más lejos, el pasado noviembre, decenas de radicales del equipo de fútbol fueron golpeados por sus homónimos del Ajax en Ámsterdam . Los primeros habrían iniciado el conflicto al entonar canciones antiárabes, pero los propios Países Bajos declararon que la respuesta local fue de carácter «antisemita».