Las familias españolas llevan días soportando temperatura muy bajas. La Comunidad de Madrid, de hecho, ha llegado estos días a registrar hasta -3º en algunas zonas. Estamos, sin duda, ante una ola de frío , tal y como advirtió Aemet , que las personas mayores deben saber cómo afrontar en las mejores condiciones posibles. «Son quienes más notan las bajas temperaturas», recuerda a ABC el doctor Juan Jesús Hernández , médico de Cruz Roja . «Esto se debe a varias razones -explica-. La primera de ellas es que tienen dificultades para tener un correcto funcionamiento de su sistema corporal de temperatura . El resto de las personas nos adaptamos con rapidez a los cambios bruscos porque nuestros vasos sanguíneos se contraen (para retener el calor) o se dilatan (para soltarlo) de manera óptima, pero en los mayores, este sistema está enlentecido«. En segundo lugar, la población sénior suele padecer « enfermedades crónicas que interfieren en esa regulación de la temperatura, así como cierta medicación . Y tampoco gozan de un sistema inmunitario óptimo, lo que también les impide regular adecuadamente su temperatura«. Por todo ello, son más vulnerables al frío. «En cuanto salen a la calle, pueden notar de manera inmediata una mayor reducción de la bajada de la temperatura corporal, que puede provocarles dificultades de coordinación, dolor en articulaciones, rigidez... Pueden tener incluso un cuadro de confusión y desorientación», advierte el doctor. «Ante esta situación, suelen sentarse en el banco más cercano y esto puede hacer que entren en hipotermia que, a su vez, puede generar en el organismo un problema cardiovascular y aumentar las probabilidades de tener ciertas infecciones, como una neumonía , por la bajada de defensas«. Lo más adecuado, explica, es que «salgan a la calle en las horas centrales del día y vestidos con varias capas final de ropa no apretada que transpire para que esas pequeñas corrientes de aire caliente entre una y otra ayuden al cuerpo a mantener una buena temperatura«. También es muy importante « salir a la calle bien protegidos del frío «, insiste el doctor Hernández. »Hay que proteger la cabeza, mejillas, orejas, manos y pies porque son las zonas más sensibles. ¡Por la cabeza se pierde mucho calor corporal! Y, por supuesto, con calzado impermeable y antideslizante por el riesgo de caída ante las placas de hielo«. De la misma manera, la vivienda debe estar lo más adecuada posible. «Sin embargo, hay quienes tienen recursos económicos muy limitados», puntualiza, algo que conocen muy bien desde Cruz Roja. «Siempre que se pueda, es conveniente dotar de un buen aislamiento a la vivienda y asegurarse de un correcto funcionamiento de la calefacción . Si no se dispone en la casa de radiadores, lo mejor es pasar la mayor parte del tiempo en las estancias más calientes«. En las zonas rurales , donde los braseros siguen siendo muy comunes, el doctor advierte: «Es muy importante asegurarse de que el aire de la estancia se renueve para que el dióxido de carbono no se acumule. También es vital comprobar que el brasero funciona bien, con la combustión adecuada, que está alejado de cortinas y que se apaga por la noche». Este tipo de aparatos pueden llegar a dar muchos disgustos. Por ejemplo, si un mayor sufre diabetes y, a consecuencia de la enfermedad, ha perdido sensibilidad, «puede tardar mucho más tiempo en darse cuenta de que se está quemando«, ejemplifica el doctor. En cuanto a la alimentación , lo recomendable es optar por aquellos alimentos que ayuden al cuerpo a mantenerlo caliente e hidratado «porque la hidratación corporal hace que nuestro sistema de regulación de la temperatura nos funcione correctamente», explica. Consumir líquidos calientes y azucarados, «cuando no haya contraindicación, viene bien porque ese azúcar se va a transformar en calor», afirma el doctor Hernández. «También son apropiadas las comidas ligeramente más grasas, como los caldos o las sopas, sin olvidar, por vitaminas e hidratación, platos que incluyan verduras y frutas de temporada«. Lo que sí hay que evitar es el alcohol «por la vasodilatación que genera en el cuerpo, es decir, nos hace perder calor», puntualiza, a pesar de la creencia generalizada de que 'beber nos hace entrar en calor'. Y, por supuesto, cuidar de las personas mayores y que vean que no están solas. «La red social y familiar es muy importante para ellos. Tienen que saber a quién pueden recurrir si se encuentran mal o tienen algún problema. Por eso, nosotros, desde Cruz Roja, hacemos llamadas periódicas a muchos mayores que viven solos», concluye.