No puedes gustarle a todo el mundo, no eres una croqueta. Las redes sociales se llenaron este jueves 16 de enero de la popular frase, fotos y mensajes sobre un alimento que cuenta con un atractivo universal y traspasa fronteras. Su crujiente exterior y su suave interior son irresistibles para muchos. Y es que, en el Día Internacional de la Croqueta , fueron muchos los que quisieron compartir su pasión por este manjar que comenzó en la refinada cocina francesa del siglo XVIII, donde el término 'croquer' (crujir) dio nombre a este bocado. No obstante, es en España donde se ha convertido en protagonista de la cocina casera y símbolo de cualquier reunión familiar que se precie. En Bélgica y Alemania las llaman kroketten, en Holanda, kroket y hasta los italianos tienen su propia versión, las crocché di patate o las arancini, rellenas de arroz. Amigas de un vermú o un buen vino, los chefs contemporáneos han elevado la humilde croqueta a la alta cocina, encontrando nuevas variedades y sabores, como trufa, bogavante, setas o sashimi de atún, como es el caso de las famosas croquetas de la Pedroche de David Muñoz. También las hay raras o curiosas, según se vea. Por ejemplo existen las que fusiona el bacalao y el chorizo, las de fabada, aquella que juntan el arroz negro y el alioli, boletus y foie, de pularda o de ají de gallina. Uno de los que quiso publicar una referencia hacia esta fritura fue Takahiro Nakama , que es el embajador de Japón en España, que subió algunos mensajes a su cuenta de X, antes Twitter, y un vídeo en el que se le ve comiendo una ración de croquetas junto a otras dos personas con una amplia sonrisa. El escrito del embajador nipón se ha hecho viral con más de 210.000 reproducciones, 5.000 'likes' y cientos de comentarios, sobre todo de aquellos que hacen referencia a la difusión que hace el japonés de la conocida tapa. El embajador de Japón en España publicó un segundo tuit en el que cuenta que en su país «la croqueta es un plato casero muy popular, que tiene una receta y un nombre un poco diferente que la de España». Concretamente y según ha contado, en Japón se llama korokke y se hace con patatas. Los rellenos de las korokke van desde carne picada hasta curry. También se utilizan verduras como guisantes o repollo, además de pescado y hasta queso. Su rebozado panko les aporta un crujiente característico. Las comen con palillos acompañadas de salsa katsu, a menos que se compren en la calle, que entonces se envuelven en papel y se comen con las manos. Y las venden hasta dentro de bocadillos.
