La intoxicación masiva de más de 70 personas en Córdoba (de momento, hay 44 localizadas), con el deceso de una de ellas, tras, presuntamente, tomar unos montaditos de pringá en una taberna de la capital, ha puesto la mira en el protocolo de actuación ante una toxiinfección alimentaria. Según el documento que marca las pautas a seguir y especialistas en la materia consultados por este periódico, la mera sospecha, por parte del facultativo que trata al paciente, de que se pueda tratar de un brote es suficiente para declarar la alerta. Basta con dos casos de una enfermedad o cuadro clínico similar que se asocie con una fuente o vehículo común de transmisión alimentaria. Incluso cuando apareciera un solo caso con implicación de un establecimiento público o un alimento comercializado, «también se considerará como alerta», indica el protocolo. La detección del brote puede hacerse en cualquier punto del sistema sanitario, tanto público como privado, adonde acudan los afectados en solicitud de asistencia sanitaria. También en aquellos centros a los que acudan los intoxicados para comunicar su situación: distrito sanitario, Delegación Provincial de Salud, Oficina Municipal de Información al Consumidor, Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, etc. La información que lleva a la declaración de una alerta se obtiene por la realización de una encuesta inicial a todos o parte de los expuestos y, si esta encuesta está bien realizada permitirá generar una hipótesis sobre el ámbito de ocurrencia del brote y sobre la causa de la enfermedad. La declaración de un brote de esta enfermedad tiene consideración de alerta en salud pública y su forma de declaración será urgente . Es necesario recabar la máxima información posible para tomar las primeras medidas de control. Una vez activada la alerta, las principales actuaciones se centran en la búsqueda de casos y en la investigación inmediata del establecimiento en el que se ha producido la toxiifección. A ello se suma la toma de muestras, que se remitirán al laboratorio para su análisis. Si se confirma el brote como consecuencia de anomalías graves en el establecimiento, «se iniciará la tramitación de expediente sancionador , enviando informe del brote y lo actuado, junto a las actas de inspección originales y resultados de laboratorio a la Sección de Procedimiento de la Delegación Provincial de Salud», recoge el protocolo.