« Nos gustaría darle un hermanito a Alexander », confesó Victoria Romanovna , esposa de Jorge Romanov , el Gran Duque de Rusia, en conversación con este periódico. La espera ha llegado a su fin. Hace unos días, la Cancillería de la Familia Imperial emitió un escrito anunciando que el matrimonio espera su segundo hijo. Señalar que han decidido hacerlo público en el quinto mes de embarazo, una decisión que dista de la de otras parejas que optan por comunicarlo a los tres meses, cuando concluye la etapa en la que hay más riesgo de sufrir un aborto. «Nacerá en mayo», explica la escritora italiana, visiblemente emocionada, a ABC. También desliza que, por el momento, desconocen si es un niño o una niña: «Se mueve mucho y no han podido decirnos algo claro, pero sí nos gustaría saberlo para organizarnos y llevar a cabo las cosas prácticas». El matrimonio estaría encantado de que fuera una niña -«sería genial tener la parejita»-, pero lo único que piden es que el menor llegue «sano y crezca con amor», con independencia de su sexo. La noticia ha inundado de felicidad a la familia, quienes esperan con ansias poder abrazar al nuevo miembro de la dinastía Romanov . «Siempre es una alegría ampliar la familia. Es algo emocionante. Las abuelas, que son más sensitivas, ya me decían que no tenía la misma voz». Victoria Romanovna destaca la suerte que tiene su primogénito de poder disfrutar de sus cuatro abuelos: «Yo solo conocí a dos y Jorge igual». Por ello, siempre que pueden -viven a caballo entre Moscú, Madrid y Bruselas- se reúnen para que el pequeño pueda disfrutar al máximo de ellos aunque, en más de una ocasión, conlleve un esfuerzo adicional: «El abuelo paterno, Francisco Guillermo de Prusia , tiene problemas de movilidad, pero eso no es un impedimento». Por ahora, la esposa de Jorge Romanov está teniendo un buen embarazo: «Me encuentro bien y sigo trabajando». También explica que está viviéndolo con más tranquilidad que el primero: «Ya se cómo van las cosas y los controles que me tengo que hacer. Al final, cuando ya has tenido un hijo, tienes esa experiencia. El primero siempre es más novedoso, estás más preocupado por si pasa algo y llamas, a la mínima, al ginecólogo». Además, como el pequeño tiene solo dos años y requiere de su atención, «no tengo tanto tiempo para sobrepensar las cosas». Sobre cómo se ha tomado Alexander la noticia, Victoria Romanovna nos confiesa que no es muy consciente por su corta edad: «Él está convencido de que es un coche porque le encantan. Cuando vea que no, se llevará un disgusto (risas)». La Princesa, por el momento, no ha decidido en que ciudad dará a luz: «Estamos pensando que nacerá antes de verano y queremos que los primeros meses no sean en algún sitio que haga muchísimo calor». Lo que sí explica a este periódico es que ya cuentan los días para poder verle la cara de su segundo hijo y ver la reacción de Alexander al verlo: «Seguramente, al principio, se pondrá celoso, como la mayoría de los niños pequeños, pero estamos seguros de que se llevarán bien y estarán muy unidos». Además, el hecho de que Victoria Romanovna, Rebecca Bettarini de soltera, y Jorge Romanov sean hijos únicos, hace que todo sea más especial. Con la llegada de su segundo hijo, el matrimonio pone el broche de oro a una unión que comenzó en Bruselas. «Nos hicimos amigos y, con el tiempo, comenzamos una relación», explicó Victoria Romanovna, el pasado mayo, a quien esto firma. Pasaron los años y la buena sintonía que existía entre ellos hizo que tomasen la decisión de sellar su amor en una boda que cobró especial importancia al ser la primera de los Romanov desde la caída de los zares. La ceremonia ortodoxa, celebrada en octubre de 2021 en la catedral de San Isaac en San Petersburgo, contó con más de 500 invitados -gran parte de ellos pertenecientes a la realeza y aristocracia-. Un año después, dieron la bienvenida a su primer hijo, Alexander, y lo bautizaron el 6 de diciembre en la catedral de Cristo Salvador de Moscú. «Lo veo muy Romanov. Es una copia de su padre, pero hay que esperar para ver como evoluciona», confesó, entre risas, la nuera de la Gran Duquesa de Rusia, María Vladimirovna . Así, aseguró no ser «la típica madre que tiene que tener todo controlado. No forma parte de mi carácter. Haré cosas bien y otras mal, pero lo importante es que el niño se sienta querido».
