De un día para otro, en la cosa de la vivienda o, mejor dicho, la falta de ella a precio razonable, ha ocupado la agenda política. Como San Pablo camino de Damasco, los responsables políticos de uno y otro signo se han caído del caballo y ha descubierto que la gran preocupación de los españoles es que muchos no tienen un techo -suyo o que puedan considerar suyo- bajo el que cobijarse. Bien está que, aunque sea con mucho retraso sobre el horario previsto y probablemente por las razones equivocadas , este grave problema ocupe a los que nos representan. Cuanto antes se planteen las soluciones, antes se empezará a enmendar el problema en el bien entendido de que no...
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