Llega un momento -y, si todavía no te ha llegado, estará al caer- en el que pensamos si hacemos algo bueno por nuestro cuerpo y mente durante el día. ¿He hecho deporte? ¿Me he permitido parar, aunque solo sean unos segundos, para descansar la vista o despejar la mente? ¿He comido todo lo sano que podía? Por poco que nos pueda parecer de primeras, pequeños cambios en nuestro día a día pueden marcar una gran diferencia en nuestro cuerpo pero también puede tratarse de un cambio enorme en nuestro estado de ánimo. Aunque no lo parezca, una de las formas más efectivas y accesibles para combatir la tristeza y sentirnos mejor es a través de una correcta alimentación. Y no, no nos referimos a las ansias de azúcar que nos entran cuando nos dan una mala noticia, estamos con la regla o pensamos que nos merecemos ese homenaje de chocolate casi cada día de la semana. Según los expertos en nutrición y psicología, dar prioridad a una dieta basada en legumbres, verduras y frutas no solo beneficia nuestro cuerpo, sino también nuestra mente. Cuando hablamos de bienestar mental, a menudo olvidamos el papel central que juega la alimentación. Los alimentos ricos en nutrientes esenciales, como vitaminas, minerales y antioxidantes, impactan directamente en nuestro cerebro, regulando los neurotransmisores que controlan nuestras emociones. Para entender mejor la relación entre una alimentación saludable y el estado de ánimo, hemos consultado a Laura Jorge Martínez , fundadora y directora del Centro de Nutrición Laura Jorge y dietista-Nutricionista, que cuenta que «comer saludable puede tener un impacto significativo en el estado de ánimo y la salud mental, gracias a que algunos alimentos como frutas y verduras son esenciales para la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina. Una alimentación saludable equilibra nuestra glucosa en la sangre, permitiendo no tener cambios de energía bruscos y protegiendo también nuestra microbiota intestinal, conocida como nuestro segundo cerebro. Además, los buenos hábitos son sinónimos de autocuidado, y este es el ingrediente esencial para tener un autoconcepto positivo de uno mismo». En este sentido, las frutas, verduras , legumbres, alimentos integrales, proteínas magras y alimentos ricos en omega-3 son el tipo de alimentación que ayuda a mantener un estado de ánimo bueno. Además de que «tener una relación saludable con la comida, va más allá de comer sano, también se trata de saber ser flexible, de comer de forma incondicional, coherente con tus valores y de forma equilibrada. Importa el qué comemos y el cómo lo comemos». ¿Sabías que hay dos famosas hormonas de la felicidad llamadas serotonina y dopamina? Tal como indica Paula Crespo, presidenta del Colegio Oficial de Dietistas y Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa) estas se pueden ver aumentadas a través de la alimentación y generarnos así una sensación de bienestar emocional». Por ende, «los alimentos que lleven triptófano, aminoácido esencial para que nuestro cuerpo genere melatonina, ayudarán a incrementar esa sensación de felicidad». Explica que el chocolate es uno de esos alimentos, a cuyo grupo deberíamos incluir otros como: leche, huevos , cacahuetes, garbanzos y plátanos . Por ejemplo, el triptófano es uno de los aminoácidos esenciales que requiere el cuerpo ya que es precursor de la serotonina, la cual es un neurotransmisor que tiene muchas funciones a nivel neuronal, regulando el apetito, deseo sexual, la temperatura corporal, estado del sueño , estado de ánimo y emociones, entre otros. Y hay más nutrientes: - Ácidos grasos Omega-3 : presentes en semillas de lino, nueces y algas, ayudan a reducir la ansiedad y la depresión. - Vitamina B12 : esencial para mantener la salud del sistema nervioso y prevenir la fatiga, se encuentra en alimentos enriquecidos y suplementos de origen vegetal. - Hierro : fundamental para prevenir el cansancio y mantener altos niveles de energía, lo puedes encontrar en alimentos como espinacas, lentejas y tofu. - Fibra : presente en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y carnes vegetales como las de Heura , mejora la digestión y contribuye a mantener estables los niveles de azúcar en sangre, lo que ayuda a evitar altibajos emocionales. Asimismo, la proteína vegetal resulta esencial para la regeneración celular y la función muscular, las proteínas vegetales de las legumbres, frutos secos proporcionan una fuente saludable y sostenible de este nutriente. Sin embargo, sentirnos bien y felices no recae solamente en qué comemos, sino en cómo lo hacemos. El simple acto de cocinar, compartir una comida y disfrutar conscientemente de los sabores puede tener un impacto positivo en nuestras emociones. Por tanto, explorar recetas de desayuno o meriendas altas en proteínas puede convertirse en una experiencia deliciosa y sorprendente, lejos de la monotonía. Por ejemplo, variar de desayuno incorporando smoothies verdes con jengibre, yogures vegetales con fruta y granola o un par de rebanadas de pan integral con aguacate, jamón york de Heura alto en proteína y semillas de sésamo. En este sentido, las carnes vegetales , elaboradas a partir de legumbres y altas en proteínas vegetales , están ganando popularidad como una alternativa deliciosa, saludable y accesible. Incluir más alimentos plant-based en nuestra dieta no solo mejora nuestra salud física, sino que también puede tener un efecto positivo en nuestro estado emocional. «Estos alimentos, ricos en antioxidantes , fibra y grasas saludables, ayudan a regular las hormonas y mejorar la producción de serotonina, el neurotransmisor relacionado con el bienestar y la felicidad», dice Laura Jorge. Además, al reducir la inflamación, equilibrar el azúcar en sangre y mejorar la digestión, contribuyen a una mente más clara y optimista. Además, optar por una dieta más sostenible también genera satisfacción, al sentir que estamos cuidando nuestra salud y el medio ambiente. De este modo, elegir alimentos 'plant-based' es una forma efectiva de promover un bienestar duradero. Una alimentación consciente y saludable puede ser el primer paso hacia una vida más plena y feliz.
