La respiración se acompasa, el cuerpo libera tensiones y aflora una sonrisa de tranquilidad en el rostro... El abrazo sincero , ése que te suele dar de forma espontánea como muestra de afecto, de cariño y de comprensión desencadena estímulos sensoriales que aportan beneficios tanto físicos como psicológicos que tiene su explicación científica, ya que como esplica la psicóloga Nashma Brou, especialista en neurociencia, disminuye el cortisol y con ello el estrés. Incluso algunos estudios avalan que puede contribuir a mejorar el estado de ánimo e incluso a aliviar el dolor. Como explica Concepción Hernández, psicóloga de la Clínica López Ibor, durante los abrazos se libera oxitocina , una hormona ligada al desarrollo de lazos sociales que contribuye a aumentar el vínculo afectivo y emocional con otras personas. Esto es especialmente importante en el ámbito de la educación familiar, según apunta, pues este gesto afectivo puede ayudar a mejorar la autoestima y la gestión emocional. Comparten esta opinión en el equipo de psicólogos de Unobravo, donde recalcan que el contacto humano no es un lujo, sino una necesidad biológica pues no solo activa la liberación de oxitocina y reduce el cortisol sino que además, según asegura, fortalece el sistema inmunológico . «Varios estudios demuestran que las interacciones táctiles regulares pueden mejorar la calidad del sueño, aliviar dolores físicos y emocionales y fomentar sentimientos de pertenencia y seguridad», revelan. Otros beneficios que aporta, según Brou, son la desaceleración del ritmo cardíaco, el aporte de calma y equilibrio y la reducción de emociones desagradables como el miedo, la culpa y la tristeza. En cuanto a la duración , la psicóloga experta en neurociencia explica que el tiempo mínimo que debería durar un abrazo sincero para que las personas implicadas en este gesto de afecto notasen sus beneficios debería ser de 20 segundos, como mínimo. Si bien explica que este tiempo depende de la dinámica establecida entre el emisor y el receptor, el momento, la causa, el lugar... No es lo mismo un abrazo de consuelo, que de alegría o reencuentro, por ejemplo. Por eso la psicóloga explica que en realidad su carácter es espontáneo y sincero y que cuando dos personas se abrazan pueden mantenerlo el tiempo que consideren hasta que sientan esa calma o relajación que propicia. La soledad no deseada afecta en España a una de cada cinco personas, mientras que siete de cada diez experimentarán este sentimiento en algún momento de sus vidas. Desde la pandemia, el aislamiento social ha agravado esta problemática, dejando a muchos sin el consuelo de un simple abrazo. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 34% de los españoles se siente frecuentemente solo, reflejando una tendencia alarmante que también se observa a nivel global. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que uno de cada siete adolescentes padece trastornos mentales como la depresión y la ansiedad, problemas exacerbados por la falta de interacciones físicas. Los grupos especialmente vulnerables son las personas mayores que viven solas, los jóvenes que, a pesar de estar conectados digitalmente, se enfrentan a altos niveles de soledad, las personas con trastornos mentales y las que están pasando por un duelo reciente. La ausencia de contacto físico intensifica sentimientos de aislamiento , afecta la autoestima y genera una sensación de desconexión emocional . En muchos casos, el cuidado de animales proporciona a las personas interacción táctil y apoyo emocional: tener esa compañía que requiere atención y cuidado nos hace sentir acompañados y necesarios, lo que ayuda a gestionar la soledad. Sin embargo, la gran diferencia la puede hacer un profesional especializado que nos ayude a desarrollar habilidades emocionales y relacionales para gestionar estos desafíos. Los expertos de Unobravo explican que sin ese necesario contacto físico, las personas pueden desarrollar problemas como ansiedad, depresión y estrés crónico, afectando tanto su salud mental como física. La psicología desempeña un papel crucial en abordar los efectos de la falta de contacto físico, ya que las terapias psicológicas ayudan no solo a identificar y gestionar emociones relacionadas con la soledad, sino también a reconstruir la capacidad de conexión emocional, como explican los psicólogos de Unobravo, donde se da una especial importancia a la terapia cognitivo-conductual (TCC) ya que ayuda a las personas a identificar patrones de pensamiento negativos que pueden intensificar sentimientos de soledad y ansiedad, reemplazándolos por estrategias más constructivas para fomentar relaciones saludables. Si además se combina con la terapia humanista, más enfocada en el desarrollo personal, eso permitirá explorar emociones en un entorno seguro, promoviendo la autoaceptación y fortaleciendo la capacidad de conectar con los demás. Si la persona se siente cómoda, las terapias grupales también pueden ser de ayuda ya que permiten a las personas compartir experiencias similares, generar vínculos y encontrar apoyo emocional. Otro recurso puede ser la terapia de toque , enfocada en la reconexión con el cuerpo y la liberación de tensiones físicas y emocionales a través del tacto terapéutico. Para aquellos que no pueden expresar afecto a través del contacto físico, esta dificultad puede ser indicativa de una problemática emocional subyacente . Las personas que sienten incomodidad con el contacto físico, pero desean sentirse a gusto con él, pueden beneficiarse de la terapia online. Este formato garantiza un entorno libre de contacto físico, permitiendo reflexionar y trabajar de manera segura en este desafío, a través de herramientas psicológicas que ayudan a desarrollar comodidad y autoconfianza en las interacciones humanas. En definitiva, en un mundo hiperconectado en el contacto físico se ha vuelto escaso, es importante reivindicar la conexión humana, tanto a través del tacto como del entendimiento emocional, pues es fundamental para el bienestar individual y colectivo.
