«Aunque tuviera la posibilidad de tener dos piernas, preferiría mantener mi discapacidad». Quien habla es Maud, una adolescente francesa amputada de una pierna al nacer y con sordera profunda que no retrocede ante ningún desafío. Esta joven baila, y mucho. Nada le ha impedido perseguir su sueño a pesar de que el camino no ha sido fácil. «Hay días que me gustaría tener dos piernas como mi hermana gemela. Los pasos de ballet no me salen tan bonitos como los suyos y me molesta. Pero si no tuviera la prótesis no sería quien soy, y me gusta cómo soy», reconoce la joven francesa en 'We Have a dream', el nuevo documental de Pascal Plisson que acaba de llegar a los cines. El documental recoge la historia de cinco niños extraordinarios, que viven en diferentes países y culturas y que conviven con algún tipo de discapacidad. La cinta podría haberse centrado en el sufrimiento que causa este tipo de situaciones en el afectado y los que le rodean, pero lo cierto es que 'We have a dream' es una oda a la esperanza. «Era fundamental plantear estas historias desde la esperanza, el amor y la familia. Busqué historias de esperanza por todo el mundo», reconoce Pascal Plisson a ABC. El documental recoge la vida de cinco niños como Xavier, un niño ruandés albino de 14 años. Su condición puede ser muy complicada en África, por eso su madre ha trabajado duro para protegerlo de los demás, especialmente del resto de la familia, que lo ve como un monstruo y quiere venderlo al mejor postor. « Mi visión de la discapacidad ha cambiado completamente desde que hice esta película . Nunca me había confrontado con la discapacidad así. He descubierto que esos niños tienen una valentía que nosotros no tenemos. Están muy orgullosos de lo que hacen y he visto familias con un amor indescriptible. Nunca miraré a alguien que tiene una discapacidad como solía hacerlo antes del rodaje«, asegura el director. Maud no conoce lo que es una vida sin discapacidad. Nunca ha tenido problema en aceptarlo, incluso en los momentos más difíciles. Pero hay un motivo detrás. «Fue la danza lo que me permitió aceptar mi discapacidad porque estaba frente a un espejo y veía mi prótesis», asegura a ABC. Cuando Maud vio a su hermana Romy bailando, inmediatamente quiso hacer lo mismo. La discapacidad no importaba, y ha seguido sin importar hasta ahora. También, reconoce, le ha ayudado su familia. «Tengo una familia que siempre se ríe de ella y ha sabido restarle importancia a la situación. Tengo la suerte de tener una hermana gemela y un hermano mayor que siempre me animaron a querer hacer lo mismo que ellos y eso me ayudó». Hablar sobre discapacidad es mucho más sencillo para los niños que para los adultos. Así lo demuestra Pascal en su documental. «Los niños ven a los niños con discapacidad como héroes, no tienen ninguna objeción. que esos niños ven a esos niños de su edad con discapacidad. La visión que tienen sobre ella es muy diferente a la gente mayor», asegura. El director está convencido que la clave para atraer a las personas al cine es hacer películas esperanzadoras. «La gente no va a ir a ver una película sobre discapacidad por si misma si no lo planteas desde una visión diferente». Grabar un documental con niños no es sencillo, para Pascal ha sido un reto tener que enfrentarse a ello. «El objetivo era hacerlo desde una clave positiva y no mostrar la discapacidad como algo malo. Había que generar un clima de confianza para poder grabar». Para Maud también fue complejo: «Es un tema delicado y no fue fácil encontrar las palabras adecuadas para describir todo lo que yo quería contar». Aunque el documental está ahora mismo en los cines, el sueño de Pascal no es tanto que triunfe en las salas sino en los centros escolares. «Las escuelas son la mejor opción para esta película. Es esencial mostrar todo esto a los alumnos e incluir a estos niños en las escuelas. Me gustaría que cambiasen su visión de la discapacidad». Como proyecto pedagógico en las aulas 'We Have a Dream' está dirigido al alumnado a partir de 8 años y cuenta con un dossier de actividades que, además de generar debate y promover el pensamiento crítico. El proyecto tiene como objetivo que los escolares descubran realidades distintas a las suyas y se pueda generar un debate en clase sobre diferentes temas que la película aborda. Tan grande es el deseo de Pascal de que esto ocurra que en Francia más de 100.000 escolares la han visto en pases para niños, niñas y adolescentes y en España también se realizarán sesiones especiales para escuelas y centros educativos.
