Miguel Díaz Morant es un paisajista profesional con décadas de experiencia a sus espaldas. Desde su formación como Ingeniero Técnico Agrícola y Forestal , ha trabajado en el diseño o restauración de decenas de jardines particulares y de entidades notorias. El pabellón de Austria de la Expo 92 -tras la exposición universal-, el Palacio del Conde de Castilleja de Guzmán o la Hacienda San José, de Aceitunas la Española, son algunas muestras. Por ello, la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza (AMJA) ha decidido premiar su candidatura como la mejor del III Concurso Andaluz sobre la especialidad. - ¿Podría describir en qué ha consistido su proyecto ganador? - Es un jardín de aproximadamente 4.500 metros cuadrados englobado dentro de un olivar del Aljarafe sevillano, en el que he trabajado, como hago siempre en mis proyectos, para que la esencia del lugar no se pierda. En este caso con más cuidado aún porque la nueva propietaria era familiar de la anterior y me había hablado de que les unía un vínculo especial y de que tenía unos recuerdos imborrables de su infancia. El sitio es complejo, porque lo rodean antenas parabólicas muy altas y abundantes, por lo que desvié la atención hacia los árboles y arbustos a través del diseño. En él plasmé una impronta mediterránea y naturalista, con predominio de plantas procedentes de zonas con clima mediterráneo y de bajo consumo en agua. Incorporé algarrobos, cipreses y lentiscos, que con sus tonos verde oscuro contrastan con las hojas glaucas de olivos y olivillas o el verde claro de los almendros. - ¿Cuáles son los trabajos de los que se siente más orgulloso? - A veces lo que se ve como un jardín muy interesante o muy impresionante en realidad es más fácil de hacer que otro que no lo es tanto. Por dos motivos: es mucho más sencillo diseñarlo cuando el lugar ya es de por sí paisajísticamente bonito y el presupuesto es razonable. Por eso yo me siento orgulloso, en general, de aquellos trabajos que he conseguido hacer atractivos y sugerentes con pocos medios y en zonas que, de entrada, no son muy agradables. - A menudo se piensa que los árboles y arbustos se llevan demasiada agua en tiempos de sequía. ¿Esto es así? - Para los ciudadanos puede resultar una contradicción que se rieguen los jardines en épocas en que se les pide ahorrar agua, pero las plantas, sobre todo árboles y arbustos, son necesarias. No suministrarles agua mermaría su estado y remontarlos después costaría mucho dinero y tiempo, además de que se pierden sus beneficios durante la renovación. También es cierto que las autoridades públicas suelen optar por especies con bastante requerimiento hídrico y hay otras de menor necesidad. Debería haber unos protocolos bien claros. Hay bastante bibliografía sobre el tema, sólo es cuestión de ponerse a ello. - Hablando de protocolos, ¿existen directrices nacionales y/o europeas o hay vía libre? - Hasta lo que yo sé, no hay normas estrictas en cuanto a la utilización de plantas más allá de no optar por especies que sean tóxicas, sobre todo en zonas donde pueda haber niños; o de no plantar en exceso aquellas que puedan provocar alergias. Pesa especialmente el sentido común y el conocimiento en la materia. No podemos pretender contar con plantas de gran desarrollo en lugares estrechos, porque al final darán problemas y obligarán a estar constantemente podando. Abusar de las podas hace que los árboles tengan más enfermedades, lo que hace que se queden en ramas e incluso que terminen cayéndose. Es preciso que los ayuntamientos tengan un personal suficientemente preparado y, porqué no, dotado económicamente. Sin embargo es bastante frecuente que dentro de ese personal no haya siquiera paisajistas. - Usted está especialmente familiarizado con el paisaje sevillano y onubense ¿cree que se da la importancia justa a los jardines y zonas verdes? Es cierto que Huelva ha mejorado bastante en general su jardinería pública, pero yo no diría tanto de la de Sevilla. Basta con recorrer el paseo Colón y ver sus parterres sosos, que no dicen absolutamente nada, descoloridos la mayor parte del año. Creo que una ciudad tan bonita y tan turística como Sevilla merece una mayor atención. Deberíamos hacer un esfuerzo para mejorar los jardines de Sevilla. - Los jardines parecen ser un reclamo electoral. A menudo rematan obras urbanas con la prisa de llegar a una fecha tope de inauguración... - Así es, y es una cuestión que está muy generalizada. Es como si ciertos políticos sólo se acordasen de la belleza de lo verde cuando se acercan las elecciones. - ¿Qué especies son las más recomendables para una orografía y clima como el andaluz? - Andalucía es enorme y su paisaje, muy variado. Desde la llanura de la Depresión del Guadalquivir a zonas muy montañosas. Sin ir más lejos, Málaga es la segunda provincia más accidentada de la península después de Teruel. Al haber montañas suele haber también muchas laderas, problemas de escorrentía, de poca penetración de agua, exposiciones al norte o al sur... Al estudiar el paisaje andaluz vemos que cada planta autóctona escoge su sitio: los lentiscos, más versátiles, ocupan zonas soleadas; el mirto siempre tiende a zonas algo más frescas, sombrías y sobre todo con agua, como las vaguadas; y lo mismo ocurre con el madroño. Por eso, al ajardinar hay que tener en cuenta si el terreno es llano o accidentado y cuáles son las exposiciones, para optar por una planta u otra. De hecho, hay que erradicar esa idea de que las plantas autóctonas son todoterreno. Funcionarán si se ubican correctamente y, a menudo, son las más desconocidas por los jardineros. - Antes mencionaba los beneficios de las políticas y zonas verdes. ¿Cuáles son los principales? -Bueno, está claro que las políticas verdes son muy importantes. Ya hay cátedras de cambio climático, aunque haya gente que piense que es una falacia. Las plantas producen oxígeno y retienen carbono, e incluso el polvo, con sus hojas. Por otra parte está el frescor que aportan. Todos somos más amables bajo la sombra de un árbol y más intolerantes cuando estamos a pleno sol con cuarenta grados de temperatura. Incluso en enero puede hacer un día de sol intenso que anime a buscar la sombra. Las plantas requieren atención y un gasto de mantenimiento, pero ofrecen infinitos beneficios. - Por último, y con el afán de mejorar. ¿Qué zona de España es, a su juicio, un espejo en el que mirarse a nivel paisajístico? - Hay varias ciudades que han hecho un gran esfuerzo por crear zonas verdes con un alto valor paisajístico, pero yo quedo con Vitoria porque me parece que es un ejemplo a seguir en cuanto a interconectar zonas verdes en los alrededores y a introducir otras en el interior la ciudad. Aunque también me quedo maravillado con algunos pueblos que, dentro de su modestia, hacen un gran esfuerzo en este ámbito. Y son andaluces. Es el caso de Genalguacil y Alpandeire, ambos en el Valle del Genal (Málaga).