Los nanosatélites son una tecnología en auge que está permitiendo la transformación del sector espacial, haciéndolo más accesible, innovador y eficiente. «Están democratizando el acceso al espacio, posibilitando que no solo las grandes agencias espaciales y multinacionales, sino también universidades y pequeñas empresas, puedan lanzar sus propios satélites», indica Carlos Monzo Sánchez, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC. Los nanosatélites son satélites de pequeño tamaño, generalmente con un peso inferior a 10 kilogramos. Una de las características más destacadas es su estandarización bajo el formato CubeSat, que consiste en unidades cúbicas de 10x10x10 centímetros y una masa de aproximadamente 1 a 1,33 kilogramos. «Estas unidades pueden combinarse para formar satélites más grandes, como 1.5U, 2U, 3U o 6U, adaptándose a diferentes necesidades y misiones», matiza. Se distinguen por su pequeño tamaño, costo reducido, rápido desarrollo, adaptabilidad y capacidad para formar constelaciones. Dadas estas características, permiten impulsar la innovación tecnológica, crear constelaciones para mejorar su interconexión y realizar multitud de tareas, como la observación terrestre, la monitorización de fenómenos naturales, la aplicación en la agricultura o la gestión de desastres, entre otros. En los últimos años, ha habido un aumento en el número de nanosatélites lanzados. «Esto se debe a la reducción de costos y tiempos de desarrollo, lo que ha permitido que más actores, incluidos gobiernos, empresas privadas y universidades, participen en misiones espaciales», señala el docente. Asimismo, esta democratización en el acceso al espacio «ha fomentado la innovación y ha abierto nuevas oportunidades en el sector espacial». Por otro lado, los nanosatélites se utilizan en una amplia gama de aplicaciones, desde la observación de la Tierra y el monitoreo ambiental hasta las telecomunicaciones y la investigación científica. «En esta línea, los nanosatélites están desempeñando un papel importante en el Internet de las Cosas (IoT), proporcionando conectividad global y derribando barreras de comunicación, abriendo nuevas oportunidades para la conectividad y el intercambio de datos», añade. Como en otros sectores, los nanosatélites se han visto beneficiados de avances tecnológicos como la miniaturización de componentes, la implementación de inteligencia artificial, la mejora de la interconectividad y la reducción de costos. Las compañías de nuestro país están bien posicionadas en el sector de los nanosatélites considerando la innovación y el desarrollo tecnológico. «La diversidad de aplicaciones de los nanosatélites ha permitido a las firmas españolas explorar nuevos mercados y oportunidades. Asimismo, las colaboraciones internacionales son importantes y es otro factor que está permitiendo posicionar a las empresas», apunta. Una de ellas es Fossa Systems , que acaba de lanzar al espacio su nueva generación de nanosatélites. «Aunque los nanosatélites son solo una parte del movimiento NewSpace, representan un cambio fundamental en cómo se ejecutan los proyectos espaciales. Empresas como Planet y Spire han demostrado modelos de negocio exitosos con esta tecnología», afirma su CEO y cofundador, Julián Fernández. La estrategia de esta firma está basada en nanosatélites pequeños que «permiten ofrecer soluciones eficientes enfocadas a nichos como las comunicaciones IoT y resolviendo problemas reales desde el espacio». Fossa Systems ha destacado como «la única empresa europea que controla de manera vertical el diseño, fabricación y operación de nanosatélites para proveer conectividad IoT estandarizada », resalta el CEO. Esto les permite ser rápidos y flexibles, ofreciendo soluciones adaptadas a las necesidades de sus clientes, especialmente en el ámbito del IoT satelital. «Inicialmente desarrollamos picosatélites, pero evolucionamos hacia nanosatélites para abordar demandas de mayor capacidad, integrando antenas de alta ganancia y sistemas avanzados de control y potencia», aclara Fernández. Además, su capacidad de diseñar misiones personalizadas según el caso de uso «nos convierte en un actor clave en la nueva era del acceso al espacio, ofreciendo servicios críticos que apoyan la digitalización de industrias globales», agrega. Desde Fossa Systems creen que el principal reto en la fabricación de nanosatélites es el de lograr la miniaturización sin comprometer el rendimiento y garantizar su fiabilidad en entornos extremos. «Adicionalmente, gestionar la logística, la cadena de suministro y cumplir con regulaciones internacionales son desafíos importantes», matiza. Su modelo verticalizado les permite abordar estos problemas de manera eficiente, controlando todas las etapas del desarrollo, desde el diseño hasta la operación. Y señala que aunque los nanosatélites son más pequeños y económicos, requieren un alto grado de innovación para cumplir con los estándares de misiones espaciales complejas, como la gestión remota de activos. Desde Alén Space recuerdan que el sector espacio tiene poco más de 50 años de vida y se espera que crezca de manera exponencial en las próximas décadas. «El espacio, tal y como lo conocemos, va a cambiar por completo. Cada vez más, el sector privado está asumiendo un mayor liderazgo con nuevas soluciones comerciales», afirma su CEO, Guillermo Lamelas. Esta empresa gallega lleva 17 años trabajando en la fabricación de satélites y se sienten muy orgullosos por haber conseguido un 100% de éxito en todas las misiones que han desarrollado. En todo este tiempo han pasado de ofrecer principalmente Totem SDR (radio definida por software) y software a contar con un porfolio de 15 productos. «Ofrecemos satélites para cualquier tipo de aplicación, aunque tenemos una larga experiencia en proyectos asociados a las comunicaciones y al Internet de las Cosas (IoT)», explica el CEO, quien destaca también algunas de sus principales innovaciones. A través del proyecto Satmar están trabajando en la digitalización de las comunicaciones del sector marítimo con el nuevo estándar VDES. «También estamos trabajando en la constelación pionera de Sateliot para proporcionar servicios de IoT 5G desde el espacio», añade. Forman igualmente parte de proyectos tan innovadores como la misión CyberCUBE, impulsada por la Agencia Espacial Europea (ESA) y liderada por GMV, para mejorar la ciberseguridad de las misiones en el espacio. Entre las misiones en las que han participado se encuentra la exploración de cuevas lunares (misión RoboCrane de la Agencia Espacial Europea), el estudio de los efectos del clima espacial en las comunicaciones satelitales en latitudes ecuatoriales (misión Alfa Crux, para la Universidade de Brasilia), la vigilancia de la calidad de las algunas en embalses y pantanos en España (misión Anser del INTA) o la validación del uso de componentes de electrónica comercial COTS en misiones en el espacio, también para la Agencia Espacial Europea. Sateliot se presenta como una de las principales empresas que forma parte y que ha impulsado el 'new space' español . «Junto a otras compañías hemos democratizado el espacio y abierto nuevos caminos en la cadena de valor de la industria aeroespacial española , ya sea en los satélites, cohetes o misiones espaciales, construyendo entre todos un proyecto de país como es la constelación que estamos desarrollando», resalta Jaume Sanpera, CEO y cofundador de Sateliot. Considera que el 'new space' se ha desarrollado en España por varios factores: una mentalidad innovadora, la creación de un fuerte y sólido entramado tecnológico y científico en las universidades, unos costes muy competitivos, la creación de una industria más corporativa desde el siglo pasado y el determinante dinamismo que han traído consigo los fondos europeos. Sateliot está desarrollando una tecnología pionera: «La primera constelación de satélites que va a dar conectividad 5G NB-IoT (Narrow Band, banda estrecha) a más de 10 millones de dispositivos IoT», cuenta Sanpera. Han cerrado contratos con más de 400 clientes en más de 50 países en todo el mundo, «porque nos hemos dado cuenta de que hay una necesidad de conexión en diferentes industrias. Nosotros llegamos donde las redes terrestres no tienen cobertura, el 80% de la superficie de nuestro planeta», puntualiza.
