El Papa Francisco ha recordado este jueves a los afectados por la dana de Valencia y a quienes han trabajado en las tareas de rescate . Ha sido durante un encuentro con sacerdotes y seminaristas españoles. Refiriéndose a la tragedia, les ha dicho que « no podemos tomar a la ligera el sufrimiento de las personas e intentar consolarlas con frases de circunstancias y buenismo». El obispo de Roma se estaba reuniendo con una peregrinación formada por cerca de 150 sacerdotes y seminaristas de las diócesis españolas de Valencia, Orihuela-Alicante, Segorbe-Castellón, Mallorca, Menorca e Ibiza. En un mensaje, con doble registro, social y espiritual, el Papa ha reconocido ante ellos que «no me es fácil expresarles mis sentimientos, pensando en las Navidades seguramente atípicas con esa vivencia de que 'Dios se ha hecho barro' en ustedes» . Se refería a las consecuencias de la dana , la catástrofe ambiental que el pasado 29 de octubre que provocó lluvias extremas y riadas en la Comunidad Valenciana, pero también en zonas de Castilla la Mancha, Aragón, Cataluña y Andalucía. Se trata de «un dolor y un luto que a pesar de su dureza nos abre a la esperanza pues, obligándonos a tocar fondo y a dejar atrás todo lo que parecía sostenernos, nos permite ir más allá. No es algo que podamos hacer solos, es una oscuridad inmensa la que ustedes han vivido y están viviendo», ha añadido. «Pienso en la ayuda desinteresada de tantas personas, en los ojos llenos de entrega de la gente, que han sido capaces de iluminarnos con la ternura de Dios. Y en este campo están llamados a trabajar ustedes», ha sugerido a los sacerdotes y futuros sacerdotes. Según Francisco, la lección de lo ocurrido es que «la dana no es un fenómeno atípico que simplemente esperamos no vuelva a suceder, sino la extrapolación de lo que vive cada ser humano que se enfrenta a una pérdida y se siente solo, desubicado, necesitado de apoyo para poder continuar». Como sacerdotes, su misión es llevar esperanza concreta a quienes se ven afectados. «Alguna vez dije que 'esperanza' no es 'optimismo. El 'optimismo' es una expresión light, la esperanza es otra cosa», ha aclarado. «No podemos tomar a la ligera el sufrimiento de las personas e intentar consolarlas con frases de circunstancias y buenismo. Nuestra esperanza tiene un nombre, Jesús, ese Dios que no ha sentido asco de nuestro barro y que, en vez de salvarnos del barro, se ha hecho barro por nosotros». Como seminaristas y sacerdotes, les ha dicho que deben «ser otro Cristo», en este caso, «hacerse barro en el llanto del pueblo. Y cuando vean a la gente rota, porque en Valencia hay gente rota, que ha perdido la vida a pedazos, repártanles ustedes trozos, pedazos, de ustedes mismos, como Cristo lo hace en la Eucaristía». «Por favor, dense gratis, porque todo lo que tienen lo han recibido gratis , no se olviden de la gratuidad», les ha despedido. Por otro lado, esta mañana Francisco ha enviado un telegrama de pésame al presidente de EE.UU. Donald Trump, al confirmarse el fallecimiento de al menos 67 personas tras el choque de un avión comercial y un helicóptero militar en Washington. «Tras conocer la noticia de la colisión en pleno vuelo expreso mi cercanía espiritual a todos los afectados por esta tragedia», escribe el Papa. «Al encomendar las almas de los fallecidos a la amorosa misericordia de Dios Todopoderoso, ofrezco mis más profundas condolencias a las familias que ahora lloran la pérdida de un ser querido, rezo por los que participan en los esfuerzos de rescate, e invoco sobre todas las personas de la nación las bendiciones divinas del consuelo y la fortaleza», añade el Pontífice, en un mensaje enviado muy pocas horas después del accidente.