Tras el baile de desacuerdos alrededor de la ley ómnibus, los vapeadores están de suerte. El Ministerio de Hacienda va a mantener la entrada en vigor del nuevo impuesto que aumentará el precio del líquido de los cigarrillos electrónicos en el 1 de abril, pese a que el retraso de esta fecha —inicialmente prevista para el 1 de enero— había decaído con el rechazo al real decreto ley ómnibus. Así se refleja en una orden ministerial publicada este viernes en el BOE, donde Hacienda aprueba los modelos de liquidación y solicitud de devolución del nuevo impuesto, creado a finales del pasado año como parte de la reforma fiscal y que grava el líquido de los vapeadores . La medida obligará a pagar entre 0,15 euros y 0,20 euros más por mililitro dependiendo de la cantidad de nicotina. Hablamos de que el precio podría aumentar entre 2 hasta 20 euros , teniendo en cuenta que los líquidos se venden de 10 mililitros o de 100, con un estándar de 20 mg de nicotina o 10. Cabe destacar que estarán exentos de esta subida aquellos líquidos que no contengan nicotina, una opción que también se encuentra a la venta para los fumadores. La entrada en vigor del impuesto estaba prevista inicialmente para el 1 de enero, pero el real decreto ley ómnibus la retrasaba hasta el 1 de abril. Sin embargo, el rechazo del real decreto ley por parte del Congreso significaba que este retraso quedaba anulado, lo que, en teoría, debería haber restablecido la fecha original del 1 de enero . A pesar de esta situación, en la orden ministerial publicada este viernes Hacienda realiza algunos ajustes en el impuesto, entre ellos volver a situar la entrada en vigor el 1 de abril, como preveía el real decreto ley ómnibus. Así, el primer periodo de liquidación del nuevo impuesto será el correspondiente a los meses de abril, mayo y junio, cuya declaración se tendrá que presentar entre el 1 y el 20 de julio. La adicción a los vapeadores y cigarrillos electrónicos puede desarrollarse rápidamente debido a la presencia de nicotina , una sustancia altamente adictiva. Los adolescentes son particularmente vulnerables porque su cerebro aún está en desarrollo, lo que los hace más susceptibles a desarrollar una estrategia de abuso que, como ocurre con la sustancia de nicotina, afecta el sistema de recompensa del cerebro, creando una sensación de placer que puede llevar a la repetición del comportamiento y, eventualmente, a la dependencia.
