El Madrid, tras un brillante inicio de 2025 y en el debut de Bruno Fernando con su camiseta, mostró su versión más errática en el Principado y fue derrotado por el Mónaco (77-73). Las pobres actuaciones de Campazzo (8) y Musa (2) obligaron a Hezonja a ser una vez más el líder de los blancos pero, en los primeros minutos del último acto, el croata fue expulsado tras un enfrentamiento con el banquillo local. Con el balcánico fuera de juego, los de Chus Mateo se desquiciaron ante un cuadro arbitral demasiado casero y, aunque lucharon hasta el final, dieron demasiadas facilidades para que los monegascos sumasen una nueva victoria. La primera victoria del Madrid en Mónaco fue incomodar a Mike James hasta la saciedad. El máximo anotador histórico de la Euroliga estaba cercado, extraños y fallidos sus lanzamientos, aunque la atención que focalizaba el estadounidense la utilizó a la perfección Calathes que sin ser un especialista, consiguió anotar sus dos primeros triples. El Madrid centraba su ofensiva en nutrir a Tavares, descansado tras no jugar ni un solo minuto en la última jornada liguera, pero eran los del Principado los que llevaban la voz cantante, muy activo Cornelie ante sus excompañeros en el rebote y Diallo a la hora de atacar el aro merengue (13-9). A falta de poco más de dos minutos para el final del primer cuarto, inició su historia en el Madrid Bruno Fernando , dorsal 20 y planta gigantesca. Un gran pase de Hezonja le permitió estrenarse en el marcador, se le vio activo en el rebote, veloz a la hora de organizar la defensa, pero su incidencia fue insuficiente para que los blancos llegasen a la segunda manga con un resultado favorable (20-13). Tosco era el hacer ofensivo del Madrid, descontrolada la dirección de Feliz , fallón Hezonja en el lanzamiento. Todo lo contrario que el Mónaco, que bailaba al magistral ritmo del director Calathes, una leyenda que, pese a vivir los últimos años de su carrera, es capaz de desmontar con sus pases cualquier candado que se le ponga delante. La única buena noticia para los visitantes era la frescura de Tavares , potente en la finalización como en sus mejores días, y la mejoría de Hezonja, autor de dos triples consecutivos que redujeron la distancia hasta los siete puntos (32-25). La energía de Hugo González comenzó a ser contagiosa, un tremendo triple del madrileño fue seguido de un tres más uno de Llull y, de la nada, el Madrid ya lideraba en el electrónico. Cuando sonó la bocina del descanso y tras dos tiros libres de Feliz, la situación parecía controlada en clave blanca (36-39). Tras la reanudación, Calathes era de nuevo el gran problema del Madrid en el Principado, indetectables las asistencias del griego a su compatriota Papagiannis , un tanque de 220 centímetros que posee la aceleración de un deportivo. La dupla helena era la única precisa de un partido lleno de errores, preocupantes las actuaciones de Campazzo y, sobre todo, Musa , incapaz el bosnio de anotar, la razón por la que es un jugador de élite. Amenazaba el Mónaco con descolgarse y, pese a las heroicidades de Hezonja y Feliz, un triple de Tarpey puso a los locales siete arriba (54-47). Chus Mateo no tenía muy claro si probar suerte con otro quinteto o entregarse al caos reinante. Lo cierto es que ningún bando conseguía abrir brecha y el técnico se mantuvo conservador hasta el último cuarto (57-56). Era Hezonja el más entonado de los visitantes, pero sus genialidades se esfumaron después de que fuese expulsado. Al parecer, el croata tenía sangre en una mano, por lo que tenía que ser curado antes de volver a pista. Los locales se burlaron de él y este, acto seguido, se fue a por el entrenador monegasco, el mito Vasileios Spanoulis . Los árbitros le mandaron directo al vestuario. Con el croata en fuera de juego, el Madrid se desquició ante las extrañas decisiones arbitrales. Luchó hasta el final aunque su versión fue pobre, momento en el que los locales aprovecharon para finiquitar el duelo en los últimos minutos.