A Pedro Sánchez no le hace falta que Puigdemont le apruebe los Presupuestos. Puede seguir en el poder sin ellos y tirar mal que bien a base de decretos. Cuando se atascó el ya famoso 'ómnibus', en Moncloa habían pensado en un truco filibustero: promulgar cada mes uno nuevo a medida que el anterior lo fuera tumbando el Congreso. Al final Waterloo dio vía libre y ahora los enviados presidenciales trabajan en un acuerdo, pero si no sale dará igual porque el fugado no parece dispuesto a darle una patada definitiva al tablero. El objetivo gubernamental sigue consistiendo en ganar tiempo. Aunque 2027 queda muy lejos es posible estirar la legislatura con una pelea a cara de perro. Al menos... Ver Más