La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha admitido que el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) «no envió» a la Generalitat « ningún aviso automático sobre el incremento de caudal en el barranco» del Poyo, entre las 16:13 y las 18:43 horas del 29 de octubre, cuando pasó de 28,7 a 1.686 metros cúbicos por segundo. Así lo ha confirmado tras la publicación de un audio grabado durante una reunión el pasado 19 de diciembre en el que su presidente, Miguel Polo, reconoce que en esas dos horas y media del día de la catastrófica dana «no se transmitió» información sobre la crecida en la rambla. No obstante, el organismo estatal -dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica- señala en un comunicado que Polo aclaró también en ese encuentro que el SAIH «estaba funcionando y transmitiendo datos actualizados cada cinco minutos », por lo que niegan el «apagón informativo» que esgrime la Generalitat. De hecho, aseguran que la crecida del barranco se pudo consultar en tiempo real en la página web de la Confederación. Además, la CHJ tiene «constancia fehaciente» de que el Centro de Emergencias estaba recibiendo la información mediante la conexión de todos los SAIH de España con la Red de Alertas Nacional. La comunicación «fue permanente», sostienen, pero la alerta de Protección Civil no llegó hasta pasadas las ocho de la tarde. «Desde las 16.26 hasta las 19.28 horas» hubo diez avisos automáticos de «la rambla del Poyo en Riba-roja y de Chiva, que es donde se inicia el barranco del Poyo». «Está a las 16.26, a las 16.46, a las 16.57, a las 17.02, a las 17.27, a las 17.57, a las 18.28, a las 18.43, a las 18.58 y a las 19.28», ha detallado este miércoles la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, que ha acusado al PP de grabar audios «a escondidas» y «recortarlos de forma interesada». Pero de esos avisos, sólo el de las 18.43 horas, hacía referencia al caudal. El resto advertían de la alta intensidad de las lluvias en la cabecera y en los municipios de la cuenca del barranco. Los avisos pluviométricos de este sistema son automáticos, mientras que los referidos a caudales son validados por los técnicos antes de ser enviados. ¿Por qué no se enviaron por correo electrónico entre las 16.13 y las 18.43 horas, como si se había hecho a lo largo de la mañana para advertir de la brutal crecida de la rambla? Es una pregunta que sigue sin respuesta tres meses después . «Este último aviso -el de las 18:43h- se produjo en mitad del receso impuesto por la dirección de la emergencia -la Generalitat- que, unilateralmente, interrumpió la reunión del Cecopi durante una hora con el fin de decidir una respuesta a la emergencia», apunta la Confederación, cuyo comité seguía el encuentro de forma telemática. Tampoco ninguno de sus miembros, según el Ejecutivo autonómico, señaló lo que estaba ocurriendo en la rambla del Poyo, puesto que todos los ojos estaban puestos en la posible rotura de la presa de Forata. De las reuniones del Cecopi no existen grabaciones oficiales. Miguel Polo, de momento, sigue guardando silencio. La batalla por el relato abierta entre el Gobierno central y la Generalitat Valenciana sobre lo que ocurrió el día de la dana, durante las horas en las que se gestaba la catástrofe, amenaza con enquistarse a la espera de lo que diriman los tribunales.
