La renuncia de Andoni Ortuzar a renovar en la presidencia del PNV en favor del portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, acerca aún más a los nacionalistas a Sánchez e impone más distancia con el PP. En el PNV han coexistido dos corrientes : una encarnada en Ortuzar más inclinada al conservadurismo y con capacidad de entendimiento con la derecha, y otra representada por Esteban entregada al sanchismo y su silvestre ideología. El ascenso de la segunda a la presidencia del partido lo aleja más aún de una posible alianza conservadora con Núñez Feijóo. Si bien ninguna de las dos corrientes mantenía una relación fluida con el PP, la facción vencedora lo desprecia abiertamente. Al asumir los principios identitarios del sanchismo, del que Esteban es muñidor, el PNV ha desdibujado su territorio ideológico. Su alineación con la izquierda, que en ocasiones resulta tan antinatural para sus bases y los poderes que lo respaldan, ha cedido poder electoral a Bildu. Esta estrategia cuestionada internamente y calificada por algunos como suicida constituye una senda incomprensible en la que, sin embargo, persisten.
