En el curso del tiempo los grandes cambios de mentalidad no suelen producirse de la noche a la mañana. Exigen un proceso de adaptación que poco a poco va sustituyendo criterios, modas y valores hasta entonces vigentes por otros nuevos que se instalan en la conciencia de los ciudadanos como agua mansa que va horadando los resortes más íntimos de la personalidad de los pueblos. Ni siquiera las revoluciones logran implantar de improviso los nuevos códigos de comportamiento social, de ahí que con harta frecuencia los revolucionarios impongan como novedosos formas y modelos de convivencia que en verdad pertenecen al pasado. En todas las revoluciones hay siempre un fermento retardatario, un espíritu arcaico que restaura con nuevos nombres códigos de...
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