En un mundo impulsado por la tecnología moderna, donde las opciones de comunicación se antojan bien variadas, desde correos electrónicos hasta mensajes instantáneos cifrados, como en el caso de WhatsApp, muchas personas tienen en la voz el medio de contacto de mayor confianza . Un hábito arraigado en nuestra naturaleza y que refleja la conexión humana inherente que buscamos al escuchar a alguien al otro lado de la línea. No obstante los expertos apuntan que la voz de siempre no está exenta de riesgos. «Los estafadores han aprendido a explotar nuestra predisposición a creer en lo que escuchamos y responder de manera instantánea. Ya sea a través de llamadas telefónicas manipuladoras o de sofisticados sistemas de llamadas automatizadas , estos criminales se aprovechan de nuestra vulnerabilidad y aplican técnicas de ingeniería social que pueden ser difíciles de detectar en ese preciso momento», explica Josep Albors, director de Investigación y Concienciación de ESET España . En este contexto, aprender a gestionar y evaluar las llamadas telefónicas sospechosas se ha convertido en una necesidad urgente para protegerse en un entorno cada vez más digitalizado . Según recientes investigaciones, el fraude telefónico y el spam alcanzó un máximo histórico a nivel mundial durante el curso 2023. Alrededor del 28% de las llamadas desconocidas fueron fraude o spam , y el 16% de los consumidores perdieron dinero en este tipo de estafa. Ante problema en aumento, la Policía Nacional ha explicado en sus redes sociales un método diseñado para identificar posibles fraudes antes de responder una llamada de un número desconocido. «Escucha con atención porque tenemos el método para que puedas contestar llamadas de desconocidos con seguridad», indica un agente en Tik Tok. La recomendación de la Policía Nacional es que usemos el método LAP siempre que se reciba una llamada de un número desconocido. Como siempre, se trata de una herramienta sencilla que apela al sentido común del usuario, ya que es la mejor defensa posible contra este tipo de estafas. «Aunque intenten que des una respuesta rápida, mantén la calma y trata de llevar la iniciativa de la conversación», explican los agentes. Los delincuentes buscan obtener datos personales, bancarios o incluso dinero mediante engaños. «Si se da este caso, cuelga lo antes posible y bloquea el número», apunta. La Policía Nacional también ha alertado sobre ciertos números de teléfono que han sido reportados con mayor frecuencia en intentos de fraude. Algunos prefijos y combinaciones numéricas han sido identificados como recurrentes en este tipo de estafas. Entre ellos destacan los prefijos internacionales de países con los que la mayoría de los ciudadanos españoles no suele tener contacto, como algunos números procedentes de Túnez (+216), Albania (+355), Costa de Marfil (+225) o Nigeria (+234). Según ESET, las estafas telefónicas abarcan una amplia gama de tácticas diseñadas para engañar a las personas y obtener información confidencial o dinero. Entre las más comunes se encuentran las estafas de suplantación de identidad, conocidas como vishing, en las que los estafadores se hacen pasar por entidades legítimas como agencias gubernamentales, bancos o empresas de servicios. Estas llamadas suelen incluir amenazas de deudas inexistentes o solicitudes para transferir dinero a cuentas «seguras». También destacan las estafas de acceso remoto, donde un falso técnico solicita acceso a un ordenador para supuestamente solucionar un problema inexistente, solo para buscar datos confidenciales o instalar malware para seguir teniendo acceso al dispositivo. ESET también advierte sobre otras prácticas frecuentes, que incluyen las estafas de inversión, en las que se prometen beneficios falsos en oportunidades financieras fraudulentas, y las estafas de sorteos , donde se exige un pago o información personal para reclamar premios inexistentes. Además, las llamadas de telemarketing, aunque en algunos casos legítimas, pueden derivar en intentos de vender productos falsos o servicios caros. Por último, la compañía destaca las llamadas automatizadas o 'robocalls', que, aunque a veces resultan ser legales, también son un método común para realizar estafas telefónicas a gran escala, explotando su bajo coste y alcance masivo.