El atún es uno de los pescados más consumidos en el mundo gracias a su alto contenido en proteínas y ácidos grasos omega-3. Sin embargo, su consumo siempre ha estado rodeado de dudas debido a la presencia de mercurio, un metal pesado que se acumula en los tejidos de los peces y que, en grandes cantidades, puede ser perjudicial para la salud. Pero ¿hasta qué punto es esto cierto? ¿Qué podemos hacer para minimizar el riesgo sin renunciar a los beneficios del atún? Sobre este tema ha hablado la nutricionista @zoletnutricion , que se dedica a compartir en redes consejos sobre alimentación saludable. En una de sus últimas publicaciones, explica que el mercurio puede afectar especialmente a embarazadas y otros grupos vulnerables, por lo que conviene conocer algunos trucos para elegir opciones más seguras en el supermercado. Según la experta, la clave es fijarse en la denominación del producto en el etiquetado. Las latas que llevan únicamente la palabra 'atún' suelen corresponder a la especie Katsuwonus pelamis, también conocida como atún listado, que es la variedad con menor acumulación de mercurio. En cambio, cuando el envase indica 'atún claro', se trata de Thunnus albacares (yellowfin), una especie de mayor tamaño que, por su longevidad, tiende a concentrar más mercurio en sus tejidos. Además, la información sobre la especie concreta del pescado puede aparecer en diferentes partes del envase, como en la lista de ingredientes, en los laterales del cartón o directamente en la lata. En algunos casos, sin embargo, es necesario consultar la web del fabricante para verificar el origen.
