Las bajas temperaturas del invierno no solo propician la deshidratación de la piel , también son responsables del aumento de la caspa . Aunque no es un problema grave, sí es desagradable, porque las escamas blanquecinas o amarillentas dan al cabello aspecto sucio, llegando a ser, además, más visibles, cuando se lleva ropa oscura. Por otra parte, en ocasiones la caspa va acompañada de picor de cabeza , e incluso irritación del cuero cabelludo. Según un estudio elaborado por la compañía de salud capilar Svenson , casi el 25% de los españoles y españolas padecen caspa o dermatitis seborreica. Además, la caspa, en ocasiones, puede llegar a aparecer también en el bigote, la barba o las cejas. El frío y la sequedad del ambiente, que suele darse estos meses, por las calefacciones, son responsables del empeoramiento de la caspa en invierno, porque aumentan la deshidratación . Así lo explica Nuria Aluart , beauty expert y fundadora de la tienda online de cosmética Mumona.com : «El cuero cabelludo, que no deja de ser la piel que tenemos en la cabeza, se enfrenta a la sequedad , experimentando descamación en esa zona y caspa, especialmente seca, además de sensibilidad. Tampoco ayuda la calefacción en interiores, pues reduce la humedad en el ambiente, y además, la menor exposición al sol, y en consecuencia la disminución de la vitamina D provoca que el cuero cabelludo se debilite». A esto hay que añadir otro problema que suele darse en los meses fríos: el uso de agua caliente para lavar el pelo. « El agua caliente elimina los aceites naturales que producen las glándulas sebáceas, dejando el cuero cabelludo seco y tirante, y el cabello deshidratado. Además, este calor excesivo empeora afecciones como la dermatitis seborreica o la psoriasis , ya que puede inflamar y sensibilizar el cuero cabelludo, causando enrojecimiento y picazón. Por último, también puede alterar el equilibrio natural de microorganismos beneficiosos, favoreciendo la proliferación de hongos como Malassezia que causa caspa», comenta Nuria Aluart. Las escamas amarillentas , los picores del cuero cabelludo y la sequedad son los síntomas principales de la caspa, pero hay otros dos problemas cuya sintomatología es similar: la dermatitis seborreica y la psoriasis. Ignacio Sevilla, director médico de Svenson , nos ayuda a saber cómo diferenciarlos. La caspa es una afección que se caracteriza por la descamación excesiva del cuero cabelludo y dependiendo del tipo (puede ser seca o grasa ), puede estar acompañada de picor y un aspecto aceitoso del cabello, aunque no suele presentar signos de inflamación en el cuero cabelludo, que es más característico de la dermatitis seborreica. En cuanto a la dermatitis , además de la inflamación , la presencia de escamas amarillentas y los picores, se puede presentar enrojecimiento o manchas rojizas así como sensación de ardor en la piel afectada. Por su parte, la psoriasis es una enfermedad autoinmune que provoca piel seca y escamas plateadas o blanquecinas, picazón, sensación de ardor y quemazón, e incluso, pérdida temporal de cabello en las zonas afectadas. «A pesar de que los síntomas que se presentan en cada afección son muy similares, es importante acudir a un especialista que lleve a cabo un diagnóstico que garantice un tratamiento adecuado y efectivo para cada paciente», aclara el doctor Sevilla. La caspa es una enfermedad dermatólogica que va ligada a una alteración de la microbiota cutánea , a la proliferación de hongos como Malassezia furfur, y también a la actividad hormonal , pero que, además, se ve influida por otros factores, como explica la doctora Raquel Amaro , de la clínica Hospital Capilar. «Nuestra piel produce constantemente nuevas células y descarta las antiguas para mantenerse sana, aunque, a veces, esta renovación natural de las células se ve alterada y se da más rápido de lo normal cuando la Malassezia crece demasiado deprisa y, cuando esto sucede, las células del cuero cabelludo se agrupan y se hacen visibles como escamas blancas, dando lugar a la caspa». La experta añade: «las causas de la caspa seca vienen asociadas a problemas de origen nervioso como el estrés o la ansiedad , así como factores hormonales, falta de vitamina A o falta de hidratación al no beber suficiente agua, mientras que la caspa grasa, se caracteriza también por problemas de origen nervioso-emocional, por alteraciones inmunológicas y por desórdenes alimenticios. Sin embargo, ambos tipos de caspa pueden aparecer por una mala rutina de higiene diaria , al utilizar champús inapropiados o fijadores y geles que puedan obstruir aún más los folículos, no aclarando el cabello o lavándolo con agua excesivamente caliente». Respecto a la dermatitis seborréica, el doctor Sevilla asegura que «es difícil determinar qué es lo la provoca sin un análisis dermatológico , aunque hay factores que la aceleran como el estrés, los cambios hormonales que se sufren durante la pubertad, las dietas desequilibradas, la exposición prolongada a condiciones climáticas extremas o la falta de higiene capilar, el uso excesivo de productos irritantes o agresivos, así como el lavado excesivo o insuficiente del cabello». En el caso de la psoriasis, se trata de una enfermedad autoinmune. En primer lugar hay que saber exactamente qué problema es, caspa, grasa o seca, dermatitis seborreica o psoriasis, ya que, como hemos visto, pueden confundirse. Así que lo aconsejable es acudir a un experto, un dermatólogo, que pueda ayudar a realizar un correcto diagnóstico y enfocar así el tratamiento más adecuado. En el caso de la caspa, son de gran ayuda los champús anticaspa para reducir los brotes. El lavado del cabello no es un factor determinante a la hora de que la caspa aumente o disminuya, por lo tanto, el producto elegido se debe adecuar a la necesidad del cuero cabelludo, evitando en todo caso que la suciedad o la grasa permanezcan mucho tiempo, porque resulta contraproducente. Cremas y lociones son también buenos aliados para combatir los picores y reducir la sequedad, en el caso de la dermatitis seborreica.