La caída del PSOE a la irrelevancia en Andalucía, de la que tanto hablan González y Guerra en sus conferencias, tiene explicaciones exógenas, como la consolidación de un líder del PP capaz de abarcar todo el espectro del centro, pero sobre todo tiene razones endógenas. La primera de ella es que su poder fue tan absoluto durante tantos años que acabó inyectando al aparato del partido todos los vicios de la supremacía: conformismo, indolencia, clientelismo y, finalmente, corrupción. La segunda razón del declive fue la incapacidad del partido para entender los cambios sociales en Andalucía, una tierra que se cansó del paternalismo político. Las nuevas generaciones intepretaron la estabilidad política como un síntoma de inmovilismo. Todo era siempre igual durante...
Ver Más