Fui lector de Camus. Lo soy menos. 'Amo demasiado a mi país para ser nacionalista': descreía de la mística de la nación. Sabía que la mezcla de intolerancia y supremacismo conduce a la cervecería de Munich. Aquí, en el noroeste, también lo sabemos: a diario, el nazionalismo, versión ibérica del nacionalismo, enseña las herraduras sobre las que carga sus patas: fanatismo, ignorancia, odio y estupidez. Veamos. La alcaldesa (PSOE) propuso nombrar 'fillos adoptivos' de Lugo al médico Vega Barrera y al profesor Alonso Montero. El PP no tardó en adherirse a la moción: valoró los méritos de los propuestos, su arraigo lucense, su solvencia, su reputación profesional y sus servicios a la ciudad y a los ciudadanos (en el caso...
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