Luján Argüelles tiene 48 años y casi veinte de recorrido en medios de comunicación a sus espaldas. Por eso no debería sorprender que llegue ella sola a la redacción de ABC para esta entrevista, sin la compañía de un representante como hacen tantos otros famosos. Llega admitiendo algo de cansancio pero sonriente, dispuesta y preparada para contar los detalles de su libro 'El regalo de Miranda' . Es el tercero que publica tras 'Cenicienta llevaba tacones de 15cm' y 'Aprendiendo de nuevo a vivir', pero es quizás el más íntimo. Habla de su faceta como madre y de cómo educa a su hija, que nació en 2015 fruto de su relación con Carlos Sánchez Arenas . ¿Es difícil abrirse para hablar de algo tan personal? Es la primera e imprescindible pregunta. Al fin y al cabo Luján, que nació en Salas (Asturias), admite en el libro que nunca se había planteado la posibilidad de ser madre . Y que incluso sintió miedo cuando se dio cuenta de que quizás estaba embarazada. «No estaba en mi hija de ruta, no era una mujer que verbalizara o que lo tuviese en su mente como prioritario esa ilusión clara de ser madre y formar una familia. Cuando llegó fue como 'uf'», admite a este periódico. Ella estaba centrada en su carrera, y priorizaba todo lo que tenía que ver con eso. «Socialmente estamos viviendo un momento en el que efectivamente la mujer retrasa la edad de concebir ». explica. «Creo que es una conversación que socialmente deberíamos abrir. Es importantísimo lo que está ocurriendo y las derivadas de la maternidad son muchas. Muchísimas. Y como sociedad tenemos que que buscar por qué caminos queremos queremos movernos y a partir de ahí elevar y solicitar a los que están arriba que respondan a nuestras necesidades », comenta. Porque al quedarse embarazada , Luján también confiesa que temió por su trabajo en Mediaset, y que incluso lo pasó mal al ver que durante la gestación se acabó su contrato y no se lo renovaban. «No tenía ninguna duda de que firmaríamos nuestro compromiso por dos nuevas temporadas y estaba absolutamente tranquila. Me equivocaba », explica en 'El regalo de Miranda'. Algo que, por supuesto, « fue un mazazo », añade. Aunque pronto volvió a la televisión y se tuvo que enfrentar con el otro reto: la culpa por tener que dejar a su hija. «Me he dejado muy claro a mí misma qué es lo que yo le quiero transmitir a Miranda sobre mí y sobre mi papel como madre con respecto a ella. Siempre estoy y siempre estaré, lo he hablado con ella y tiene 9 años, pero hay una serie de necesidades que Luján como mujer, como profesional , tiene y quiero seguir teniendo, lo que no implica que Miranda no sea mi prioridad absoluta», explica en conversación con ABC. «Tú tienes que regalarle a la sociedad y al mundo, y desde luego a tu hijo, tu mejor versión. Y eso pasa por desarrollar aquellas cosas que te hacen sentir elevado , entusiasmado, proyectado y conectado», detalla. Y todo esto Luján se lo transmite a su hija en conversaciones que fascinan dentro del libro. Porque la presentadora de formatos como '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' no cree que haya que hablar a los niños como tal , sino como adultos. «Yo soy de la teoría de que los niños tienen una sabiduría infinita y la máxima expresión de la sabiduría la tenemos cuando somos niños y la vamos perdiendo a lo largo de nuestro proceso educativo, con la entrada del pensamiento de otras personas», confiesa. Luján admite que, aunque «la vida siempre acierta», también tiene malos momentos. Y no pierde la ocasión de reivindicar, por ejemplo, la «dictadura de la estética» que está «impuesta socialmente». Y no solo para las mujeres, aunque ellas lo sufren «sin duda» en mayor medida, también en el hombre. «Ya en la adolescencia, los filtros, los cirujanos estéticos hablan constantemente de la cantidad de chicas y chicos jóvenes que acuden buscando soluciones a sus supuestas imperfecciones », explica. «Deberíamos revisar cuánto nos preocupamos por la perfección estética y cuánto nos estamos olvidando de nuestros vacíos interiores, porque ahí están las cifras, por ejemplo, de salud mental en la adolescencia », reclama. Pero Luján no quiere adelantarse a lo que vivirá con su hija en esa etapa tan complicada del crecimiento que está a punto de comenzar. Al buscar a Luján Argüelles en Google aparece una llamada «maldición» que ha afectado a la profesional. Después de haberse convertido en una de las caras visibles de Cuatro , sus últimos programas en Mediaset no han salido tan bien como era de esperar en lo que respecta a la audiencia. Ella no pierde la esperanza, consciente de que el trabajo fue bueno y de que es un momento delicado para la televisión. «'¿Quién quiere casarse con mi hijo?' volvió después de 8 años , porque la última edición la hicimos en 2017, y creo que es la mejor edición, la que mayor calidad tiene en todo todos los sentidos», comparte. « 'El rival más débil' fue un programa que lo hizo bien , que respondió bien, que la gente lo disfrutaba y se reía con las respuestas y los zascas», cuenta, defendiendo el trabajo del equipo. «Es un formato con muchísima fuerza en países como Estados Unidos o Reino Unido», añade. Pero Luján es consciente de que es un tiempo extraño para la programación televisiva, que compite con internet. «La sociedad está cambiando a una velocidad estrepitosa , hemos entrado en la era digital sin saber nada, con un enorme desconocimiento, y ya está establecida», explica. En su opinión, esta evolución «afecta en todos los territorios de nuestra vida, incluido en el consumo del entretenimiento , incluido en la manera de la tiene que programar una gran compañía audiovisual », considera. «Mientras todo eso se ajusta vamos a ver muchas cosas y vamos a tener que interpretar muchas cosas y ver los resultados», finaliza. Pero hay situaciones a las que el cambio no afecta. Como será el próximo mes de abril cuando vuelva a hacerse viral el «Abril/Cerral» de Elena Furiase en 'Password' . Un momento que año tras año vuelve a convertirse en el vídeo más visto de internet y en donde sale Luján como presentadora e intentando aguantarse la risa. « Es un subidón , qué cosa, qué gran regalo de la vida», dice la asturiana con simpatía. «Desde el año 2009, que no existían las redes sociales y todo se viralizó a través de mail, y estamos en 2025 y sigue ocurriendo. Me parece una suerte y una cosa chulísima», comparte. Incluso aunque a Elena Furiase no siempre le ha hecho tanta gracia, cuenta que las dos lo han comentado entre risas más de una vez. «A pesar de tener que verme año tras año con esa con esos pelos», bromea, « es una maravilla ». «Además es como como un dispensador de buen rollo», añade, explicando que incluso hay gente joven que de repente descubre el vídeo ahora, 15 años después. Desde que rompiera con el padre de su hija en la pandemia, no se han conocido otras relaciones de Luján Argüelles. Centrada en su carrera profesional y en su hija, considera que el amor todavía puede llamar a su puerta. « Considero que es la energía más elevada », comparte. «No lo he encontrado, no lo estoy viviendo, pero ya pasará, la vida sabe», señala. «Yo intento vivir con unos aprendizajes que he adquirido en los últimos años que me mantienen serena, tranquila, que me reconfortan y me resultan muchísimo más satisfactorios que los que tenía hasta ese momento», admite. Nada que ver con el amor que siente por su hija, que considera absolutamente «incondicional». «Los amores románticos que he experimentado hasta el momento pedían reciprocidad , un 'yo te doy, ¿qué me das?' También es cierto que hace muchísimos años que no me planteo arrancar una relación romántica y las características o condiciones que yo necesito en este momento son muy distintas a las que necesitaba con 30 . Probablemente el resultado será por tanto diferente y a lo mejor será incondicional», admite Luján. Luján confía en que si la vida le quiere poner a alguien por delante ocurrirá, incluso aunque esa no sea una de sus prioridades actualmente. No dice que no a un 'reality' de citas , aunque no haya estado ni siquiera en apps de ligar, son cosas que no se ha planteado. Por el momento, sola está a gusto y no necesita a nadie. Algo que sí reclama Luján Argüelles es que haya un cambio en la educación sexual que reciben jóvenes y adultos. «Lo que a mí me enseñaron estaba basado en la anatomía masculina y femenina, yo creo que tiene que estar más dedicada a la satisfacción con lo que estás proyectando, esperando, deseando, queriendo... la conexión que quieres que se mantenga, la reciprocidad de los afectos. Son cosas que yo he entendido cuando he mantenido una relación sexual plena», admite. «Me perdí el vivir y protagonizarlo de manera distinta. Ahora estamos en otro momento social así que no debemos perpetuar esos modos y conductas, esa información a los chavales», confiesa. A día de hoy no tiene problema en admitirlo. Su vida sexual no es un desastre . «Desde mi adultez mi vida sexual depende de mí. Ahí lo dejo. Aunque no tenga pareja», finaliza. Y sobre el supuesto enfado de Carmen Lomana con ella, se ríe. Explica que lo ha hablado con la propia 'socialite' tras la publicación del libro donde la colaboradora televisiva explica una anécdota de un programa que rodaron juntas. «Recuerdo que yo vivía metida en un taxi, los que nos ponía la productora. En ningún caso recuerdo -y en aquella época hubiera sido una experiencia inolvidable- irme con un chófer por París después de salir de un desfile de Valentino», comenta entre risas. Y solo tiene buenas palabras para la conocida 'fashionista': « Me llevo muy bien con Carmen , le tengo muchísimo cariño. Y ella siempre recuerda que la primera aparición que tuvo en televisión fue conmigo».
