«Ángeles, vecina, tu también tienes familia. No descansaremos». Este es el mensaje con el que se encontró este fin de semana la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, delante de su casa particular en Melide. Una pancarta con la que un grupo de manifestantes mostró su rechazo al proyecto de pasta soluble celulósica para fines textiles y lyocell que la pastea lusa Altri proyecta en Palas de Rei (Lugo), y que actualmente está pendiente de la Declaración de impacto ambiental. Un ataque personal a la que en su día fue alcaldesa del municipio, que ella misma denunció en sus redes sociales: «Hay líneas rojas que no se pueden cruzar. Nunca. Con las familias no se juega. ¿El BNG y sus satélites van a callar cuando se amenaza e intimida a menores de edad y a personas mayores?», cuestionó. La Xunta ya se ha pronunciado, mostrando todo su «apoyo» a la política y advirtiendo que estudiarán el caso para, si procede, tomar acciones legales. «Levamos denunciando, desde hace varias semanas, una presión insistente, pública y notoria» cara los funcionarios y técnicos por parte de algunos grupos políticos, entre ellos el BNG, recordó ayer el conselleiro de Presidencia, Diego Calvo, en la rueda de prensa posterior al Consello -en la que tomó el relevo al presidente, Alfonso Rueda, que hoy finaliza su viaje en América del Sur-. Una presión que alcanzó «extremos importantes», ya no solo con denuncias, sino con correos electrónicos: «Todo tipo de presiones para amedrentar y coaccionar». Pero este fin de semana llegaron a concentrarse delante de la casa particular de la titular de Medio Ambiente, Ánxeles Vázquez, en Melide. «Cuando avisamos a las fuerzas del estado se fueron», explicó, pero entre los presentes «había algún exmiembro de algún partido político, algún exconcejal» del propio Ayuntamiento de Melide. «Hay algunos partidos y sus satélites que cumplen al pie de la letra ese manifiesto de la Unión do Pobo Galego (UPG) en el que hablaban de presión social organizada, movilización popular y de alimentar la contestación social», expuso, insistiendo en que, en su casa, la conselleira convive con menores de edad y con personas mayores. Debido al tono de la pancarta, desde la Xunta, tal y como explicó Calvo ante las preguntas de los medios, desde la Administración «analizarán el contenido de las fotografías» y tomarán las medidas pertinentes en las próximas semanas si es que procede. En todo caso, insistió que desde el Gobierno gallego «En política no todo vale, no se pueden tomar decisiones con esa presión, intentando amedrentar», censuró, recordando que «cuando se eleva una moción de censura a un concello o a un Parlamento donde se pide a una administración que tome una decisión sin analizar o adaptase a los que dice la ley, se está pidiendo que se prevarique». A ellos, dijo, les «da igual el número de pancartas que pongan» y continuarán «cumpliendo la legalidad y el procedimiento.
