Semana clave para el dólar, los precios y la definición de la Fase 3 del programa económico
Arranca semana clave que puede ser un punto de inflexión del programa económico. Con magnitud y modalidad diversa, este verano como la mayoría de las últimas décadas nos mantiene ocupados con el nivel del tipo de cambio.
Vuelve la clase medida a estar pendiente del valor del dólar en un ojo y el cierre de la tarjeta en el otro, con gran parte gozando y comparando precios con Brasil, Chile, Uruguay y los shopping de Miami.
Menos trivial, se reinstala el debate, con ecos eternos, sobre el futuro de la estructura económica, verdadera cuestión que no aparece con la claridad que demandan industriales, productores del campo o profesionales.
La demanda potencial de dólares es u$s 42.300 millones en pesos en FCI de Money Market y de renta fija y u$s 6000 millones en dividendos no girados.
Despreciados por el oficialismo, los sectores preocupados por un tipo de cambio que definen 20% retrasado, son estigmatizados como "econochantas de Mandrilandia", cohorte a la cual el presidente Javier Milei acaba de sumar al exministro de Economía Domingo Cavallo. Para el Gobierno, el tipo de cambio está por encima del de la era de la Convertibilidad, que a precios de hoy sería de $ 750 por dólar.
El martes podría desencadenarse un nuevo capítulo, cuando el Indec revele el IPC de diciembre. Milei prometió que cuando el índice tocara 2,5%, reduciría el ritmo de devaluación mensual del actual 2% al 1% que se estableció en diciembre del 2023.
Sería para terminar de domar a la inflación, que a juicio del oficialismo tiene un piso en el nivel del crawling peg.
Los analistas ponen en duda que el IPC pueda haber subido 2,5% en diciembre. Mencionan que, si en noviembre cayó a 2,4%, las fiestas y aumentos en alimentos y regulados elevaron su piso. Un proxy, con algunas distancias, es el índice de la Ciudad de Buenos Aires, donde arrojó 3,3%, levemente por encima de noviembre.
¿Una falla o un respiro? Si llega a producirse una reducción del crawling al 1%, se volverá a apreciar el peso, en un contexto global de devaluación de monedas frente al dólar.
En una semana asumirá Donald Trump la presidencia de los EE.UU. y revelará su verdadera orientación de política económica, que podría impactar por el lado de las tasas de interés.
Los elogios de la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, a las reformas sin parangón de la Argentina generan buenas expectativas sobre la capacidad de maniobra del país para hacer frente a los vencimientos de la deuda y la normalización pendiente del mercado cambiario.
Apertura progresiva del cepo
Se trata del gran desafío para el Gobierno: desmontar las restricciones que traban no solo el orden macroeconómico sino el ingreso de inversiones. El ritmo paulatino de apertura del cepo es producto de la posibilidad de un repunte del dólar que arrastre a la inflación.
Un informe del economista Jorge Vasconcelos, de la Fundación Mediterránea describe que la "dolarización reprimida" puede rastrearse en la evolución del stock de pesos acumulados en los FCI de Money Market -de realización inmediata- que sumados a los de Renta Fija pasaron de u$s 22.700 millones a fines de 2023 a u$s 42.300 millones hacia fin de 2024.
Además, los dividendos pendientes de giro al exterior por multinacionales sumarían u$s 6000 millones.
De lo que se defina esta semana dependerá la "fase 3", la próxima escala del programa económico, que estará dominada por la competencia de monedas en las transacciones, pero que nada tiene, por ahora, en cartera para la producción y el empleo.