Competencia de monedas, un paso más hacia la libertad económica
"El monopolio estatal del dinero es la causa principal de las crisis financieras". La frase corresponde al libro "Desnacionalización de la Moneda" del autor austríaco Friedrich von Hayek, quien fue galardonado con el Premio Nobel de Economía en 1974.
Sus enseñanzas se reflejan una vez más en las medidas monetarias del gobierno, que acaba de anunciar a través del Banco Central un primer paso clave para la competencia de monedas. Pero paciencia, solo es el primero.
La medida de la entidad monetaria, presidida por Santiago Bausili, permitirá realizar pagos tanto en pesos como en dólares mediante tarjetas de débito, y promueve la interoperabilidad a través de códigos QR, sin importar la billetera digital utilizada. A eso se suma el "DEBIN Programado" para pagos en cuotas.
Este último es una variante del Débito Inmediato recurrente que permitirá a los consumidores comprar en cuotas fijas, ya sea en pesos o dólares, con una única autorización. Esta herramienta no solo ofrece flexibilidad, sino que también incorpora medidas adicionales de seguridad para prevenir fraudes y garantizar transacciones más confiables.
El objetivo es eliminar las barreras que inhiben el uso del dólar en transacciones cotidianas. Gracias a tales normativas, los comercios simplificarán la experiencia de pago, ofreciendo libertad a los ciudadanos para elegir la moneda que prefieran, ya sea por conveniencia o por confianza en su estabilidad.
Las medidas se alinean a las ideas de Hayek, quien defendía la noción de que la competencia entre monedas era esencial para evitar la inflación y las crisis económicas recurrentes. Argumentaba que una separación entre el dinero y el control gubernamental no tenía por qué ser perjudicial. "Nos tomó más de 200 años reconocer que la Iglesia y el Estado debían separarse. Quizás ahora sea tiempo de insistir en la separación del dinero y el Estado", decía.
Un sistema a largo plazo
Históricamente, Argentina ha enfrentado problemas crónicos de inflación y pérdida de confianza en su moneda nacional. El reconocimiento del dólar como fuente de ahorro es algo que lleva décadas impregnado en el argentino promedio, y es más que entendible: somos el país que más inflación acumuló en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial y el único que le sacó 13 ceros a la moneda atravesando cinco denominaciones distintas.
Pero ahora, la apuesta es un poco mayor, y revive en cierta forma la idea electoral de utilizar al dólar como medio de pago, además del de ahorro. Igualmente, el BCRA ha aclarado que no se trata de dolarización o de una renuncia al peso, sino de una estrategia para dinamizar la economía e ir construyendo un puente hacia un sistema financiero más moderno y eficiente.
Sin embargo, aún falta para cumplir el sueño hayekiano. Primero, la iniciativa se da todavía dentro de un marco regulatorio estatal con ciertas aristas como el cepo cambiario. Segundo, aún restan medidas monetarias relacionadas al comercio exterior. El Estado todavía pesifica los dólares de cualquier producto que se exporta.
Por otro lado, las opciones digitales deben también formar parte de la estrategia. Si el BCRA continúa ampliando esta política, deberá incorporar otras monedas y activos virtuales como las criptomonedas. Un sistema monetario moderno, con inflación a la baja y políticas fiscales responsables, posicionaría a Argentina como líder regional en la adopción de un modelo económico innovador que respete el mercado monetario.
De todas formas, es un primer avance, y no es poco en Argentina. Representa un camino hacia una mayor diversificación monetaria en el mercado local, brindando la posibilidad de optar por la moneda que mejor resguarde su poder adquisitivo. Esto es simplemente una puerta a una evolución más profunda, que lleva tiempo y que debe mirarse a largo plazo.
En palabras de Hayek: "Un sistema competitivo de monedas haría imposible que una autoridad abuse de su poder para devaluar la riqueza de las personas." Esta perspectiva subraya la importancia de permitir que el mercado decida qué monedas utilizar, en lugar de imponer un monopolio estatal que, como ha demostrado la historia, a menudo conduce a inestabilidad.
Si bien aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar un sistema completamente descentralizado, representa un paso esperanzador. "La libertad económica es la base de todas las demás libertades", solía decir Hayek, un autor que hace 50 años ya entendía que la verdadera estabilidad económica solo puede lograrse cuando las personas tienen el poder de decisión en sus manos.
*Project Manager de la Fundación Internacional Bases