Baja de impuestos, el vehículo de Milei para esquivar la devaluación y esperar por el FMI en pista
Luego del impulso que recibió en Washington la posibilidad de alcanzar un pronto acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el debate que la misión técnica del organismo registró en torno a la cotización del dólar frente al peso, disparó decisiones en el equipo económico que transitaron por el camino contrario al de una devaluación acelerada.
Con diferentes objetivos, claro está, tanto la baja de retenciones para los cereales y las economías regionales hasta junio, como el anuncio de una menor carga impositiva y de aranceles para la industria automotriz, suponen ratificar un modelo en el que la ganancia de competitividad no provendrá de un ejercicio devaluatorio sino de la reducción de la presión fiscal, según sostuvieron en más de una ocasión el presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo.
Una posición que se ratificará con la reducción del crawling peg a partir del próximo lunes, dejando el ritmo de devaluación en torno al 1% mensual, mientras la inflación corre, al menos, al doble de esa velocidad.
Este hecho, según los especialistas, alentará a sostener el carry trade y abastecer el mercado de los dólares financieros. En particular, a partir del interés de aquellos exportadores agropecuarios que, como pretende Caputo, busquen aprovechar la baja de retenciones para salir rápidamente a liquidar divisas.
Sin embargo, entre la debilidad de los precios de los commodities -por ejemplo, el valor de la tonelada de trigo está en mínimos desde 2018- y la necesidad de obtener un prefinanciamiento para poder cumplir con la liquidación en los 15 días que plantea Economía, el mercado aún no acelera y la pretensión oficial sigue en tensa espera.
Hay por delante necesidades financieras que cubrir y, tras la última experiencia con la Argentina, el FMI, más allá de la presión que pueda ejercer Estados Unidos en favor de la Argentina por la afinidad de Donald Trump con Milei, no es afecto a desembolsar dólares si no está seguro de poder recuperarlos. "Sin una hoja de ruta que muestre la salida del cepo, eso no va a ocurrir", sostienen quienes siguen de cerca las negociaciones del organismo y alertan sobre las dificultades del Banco Central para engrosar sus reservas, más allá de las compras diarias en el mercado. Ayer, por caso, compró 103 millones de dólares, pero las reservas cayeron en u$s 90 millones.
Es por ello que la invocación a una devaluación siempre asoma a la vuelta de la esquina. Pero con el éxito en el combate contra la inflación como bandera para exhibir las bondades de su modelo y elecciones por delante, en la Casa Rosada no están dispuestos a poner ese vehículo en pista.
Esperan, al menos, un acuerdo que permita cubrir vencimientos de este año y que la reactivación, empujada por una baja de impuestos, de sus frutos. Con más 0km en las calles pero, sobre todo, con más agrodólares en las reservas.