La destreza en la navegación monetaria
La conducción monetaria es más asimilable a la labor del timonel de un velero que a la del maquinista de un tren. El maquinista sólo puede llevar el tren siguiendo las vías establecidas; su discreción es alterar la velocidad.
El timonel de un velero no tiene tanta restricción, aunque para la determinación del curso de la navegación debe incorporar otros factores (exógenos) con el fin de llegar a destino en una navegación sosegada.
A priori, parece requerir un conjunto de habilidades. Es decir, la marcha dada por el timonel está afectada por varios elementos que no controla, como ser los vientos, las corrientes y otros, además de que debe contar con una embarcación robusta.
Por eso, ese manejo debe considerar situaciones cambiantes dadas por condiciones imperantes en los momentos en que se efectúan las maniobras, incluso determinando la secuencia y fortaleza en que se implementan diversas maniobras. De no hacerlo, podrían registrarse mayores desvíos en la trayectoria y hasta podrían surgir dificultades para alcanzar el objetivo buscado.
Banco Central de la República Argentina
Pasando a la moneda de un país. Entre sus distintas funciones está el ser un patrón de comparación y de valuación de las actividades económicas y del intercambio de bienes y servicios, tanto en lo inmediato como a través del tiempo.
Si bien el uso de una moneda no es necesariamente excluyente del empleo de otras, incluso pudiendo interactuar entre ellas, es habitual que en distintos países una de ellas sea la preponderante.
De manera explícita y a través de distintas declaraciones, en los últimos meses, en la Argentina se pasó de tener la dolarización como objetivo, a que la dolarización sea inducida, luego seguido por manifestaciones sobre la conveniencia de que exista competencia de monedas y, más recientemente, a la promoción del peso.
Estos objetivos fueron acompañados por afirmaciones que pasaron de cerrar el Banco Central a referencias en las que se señala el fortalecimiento y la capitalización de la institución.
En la práctica, la variabilidad en la implementación de políticas fue menor a lo manifestado. Las actitudes fueron menos contundentes, tratando de evitar escenarios disruptivos.
En el marco de decisiones proactivas de fijación de la tasa de interés de política se pasó de haber tenido registros muy negativos frente a las expectativas de inflación, a actitudes con políticas más pasivas que contemplan lecturas de mercado sobre la devaluación e inflación esperadas.
Con esto último se está buscando mayor rendimiento relativo a la evolución de esas dos variables.
En el ínterin, se fue delineando un marco legal y normativo para que después de la exteriorización de activos personales comenzara a utilizarse en un mayor número de transacciones.
De esa manera, un importante aporte a la formalización de tenencias en dólares que dio notable profundidad adicional a operaciones en esa moneda.
También se avanzó en la flexibilización de normas cambiarias, aunque continúan vigentes restricciones al libre movimiento de capitales y, en consecuencia, prevalecen tipos de cambio múltiples.
Pensando en la liberación total del sistema cambiario, el uso (demanda) de distintos instrumentos monetarios dependerá de diversos factores, tales como confiabilidad, conveniencia, precio relativo y visiones sobre la evolución de la oferta del numerario en cuestión, entre otros.
También se destacan, a veces con más intensidad, la situación relativa de los precios expresados en variadas unidades de valor y el rendimiento según la moneda referida.
En ese sentido, acompañando la mejora en las condiciones económico-financieras del país, el peso argentino en relación con el dólar estadounidense pasó de estar muy depreciado un año atrás a registrar una rápida apreciación a partir de esos niveles.
ORIENTACIONES Y DESAFÍOS
En julio de 2024 el BCRA anunció la aplicación de una regla de "tope" a la base monetaria amplia. A partir de entonces, la base monetaria, en su medición tradicional, aumentó 17% en términos reales.
Se justificó porque fue acompañando una mayor demanda de pesos. La emisión se explica por compra de divisas por parte del BCRA, caída en los saldos de depósitos del Tesoro allí y rescate neto de las llamadas LEFIs.
Esto ocurrió luego de la "absorción (y licuación) de los pesos excedentes" según la visión oficial.
La Argentina tiene aún mucho terreno que recuperar cuando se observa el bajo grado de monetización comparado con el de países vecinos.
El M3 (saldos de depósitos, pesos y dólares, más circulación monetaria) aquí es 22% del PBI, cuando en Brasil alcanza el 111%, en Chile 85% y en Uruguay o Paraguay 51% del PBI, por citar solo algunos casos.
A estos porcentajes corresponde sumarle el desempeño creciente de la Argentina en los mercados de capitales.
La evolución esperada de la base monetaria en condiciones de relativa estabilidad constituye una herramienta general de promoción y estabilización de la economía.
Su consolidación también depende de navegar adecuadamente las condiciones que el Gobierno y el BCRA controlan (entre ellas, respeto institucional, las cuentas públicas, competitividad, manejo de niveles adecuados de reservas) y estar preparado para enfrentar aquellas que no se controlan (condiciones de comercio exterior, tasas de interés internacionales, fluctuaciones cambiarias, movimientos de capitales).
Un desafío particular está dado por la persistencia en la construcción de un marco para que los factores exógenos, si desfavorables, afecten mínimamente el impulso que vaya logrando el país y, al mismo tiempo, administrar las variables controlables para evitar acumular desequilibrios que con el tiempo se perciban insostenibles.
En este sentido, cabría anticiparse con refuerzos y correcciones, si necesarias, que eviten dificultades mayores.