Crisis de natalidad: la verdadera razón por la que los jóvenes en Argentina ya no quieren tener hijos
Desde la dificultad para acceder a una vivienda hasta la preocupación por la crisis climática, existen múltiples razones por las que los jóvenes no desean tener hijos. Factores económicos, sociales y ambientales transformaron las prioridades de las nuevas generaciones, marcando un cambio en la forma de planificar el futuro.
En este contexto, la tasa de natalidad en Argentina experimentó un descenso alarmante en los últimos años, alcanzando mínimos históricos y reflejando una tendencia que se observa en varios países del mundo.
Un nuevo informe de la consultora Sentimientos Públicos, realizado en la Ciudad de Buenos Aires, reveló que el 20% de los centennials no quieren tener hijos y prefieren dedicar más tiempo a otros aspectos de su vida.
¿Por qué los jóvenes ya no quieren tener más hijos?
Según datos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la tasa de natalidad en la ciudad experimentó una caída del 48% entre 2016 y 2024. De la totalidad de los encuestados, el 77% indicó tener hijos, pero señalaron diferentes grados de satisfacción con la paternidad o maternidad que variaron según los diferentes grupos etarios y género.
Los resultados revelaron que los millennials, entre 30 y 43 años, indicaron tener un menor nivel de satisfacción en comparación con personas mayores de 43 años. Por su parte, las mujeres reportaron un 10% menos de satisfacción con la experiencia de tener hijos a diferencia de los hombres.
"La experiencia de tener hijos parece ser menos gratificante en jóvenes y mujeres, según los resultados de esta encuesta. La precariedad económica, las incertidumbres laborales, la valoración de la compañía animal y la división de roles contribuyen a esta tendencia" analizó Hernán Vanoli, director de Sentimientos Públicos.
Fuente: consultora Sentimientos Públicos.
Entre las principales razones por las que los jóvenes deciden no formar una familia con hijos se encuentran la incertidumbre económica y las ambiciones profesionales. Además, un 15% expresó su preferencia por dedicar más tiempo a las mascotas en lugar de formar una familia.
¿Cuál es la situación actual en Argentina?
El Ministerio de Salud de la Nación reveló que, en 2020, la tasa de natalidad era de 11,8 nacimientos por cada 1000 habitantes. Se trata de una cifra significativamente menor en comparación con el 2014, cuando se registraron 18,2.
Por otro lado, un nuevo informe de la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada Argentina (AIEPA) reveló el impacto del descenso de la tasa de natalidad en el sistema educativo en Argentina.
Según los datos suministrados, la tasa de natalidad en el país pasó de 19 nacimientos por cada 1000 habitantes en el 2000 a unos 22 en 2022. En este contexto, la matrícula en jardines de infantes cayó un 18,2% en menos de 15 años y en las escuelas primarias se redujo un 12,6% desde 2011.
Además, uno de los datos más relevantes que indica el trabajo es que, en promedio, hoy en día hay 18,8 alumnos por sección en jardines privados, mientras que en 2011 esa cifra era de 23. "El fenómeno es transversal a todo el país. Cada vez nacen menos chicos y el sistema escolar enfrenta un fenómeno de descenso de matrícula que plantea tanto desafíos como oportunidades", señaló Martín Zurita, secretario ejecutivo de AIEPA.
¿Qué impacto puede tener el descenso de la natalidad en el futuro de un país?
Además de los desafíos económicos, la encuestadora Merck detalla las consecuencias que la caída en la tasa de natalidad puede tener en el futuro de una nación:
- Presión sobre las arcas del Estado: un envejecimiento en la población resulta en una menor cantidad de contribuyentes activos, lo que disminuye las contribuciones derivadas del trabajo.
- Cambio en la composición demográfica: sin un equilibrio entre las edades, la estructura demográfica podría transformarse profundamente.
- Reducción en la innovación: principalmente impulsada por jóvenes, la innovación podría experimentar un descenso. La falta de emprendedores podría limitar el desarrollo de nuevas tecnologías.
- Crisis del sistema educativo: el descenso en la natalidad se traduce en una menor cantidad de niños en edad escolar. Esto puede llevar a una reducción en la inversión en educación y una crisis general en el sistema.
- Aumento del gasto público en dependencia: el incremento de la población envejecida implicaría un aumento en el gasto destinado a dependencia, pensiones y atención sanitaria.